Quiero protegerte, déjame hacerlo [Nishimura Riki]

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Los chicos se tensaron a tal dicha discreción del castaño, ambos estaban al mismo tiempo sorprendido. El ambiente se volvió de un momento a otro incómodo, mientras las miradas fulminantes y de rivalidad se presenciaban. 

— No eres el único, mi querido Nishimura. —Habló Jungwon con una voz muy grave. 

— ¿Jungwon? —Ni-ki y Ta-ki preguntaron al unísono. 

— Si, soy yo. —Respondió. 

— Pero, ¿por qué? —Preguntó Ta-ki

— Ay, por favor, ustedes sabían que me gustaba Hinata. Desde un principio, lo sabían. —Rodo los ojos.

— Yo lucharé por su amor, no sé ustedes. —Respondió Ni-ki 

— Ya somos dos. —Respondió Jungwon. 

Y le siguió Ta-ki. 

— Ya somos tres. 

— Que comience, la rivalidad entre mejores amigos. —Musitó Ni-ki con una sonrisa retorcida. 

El trío de amigos se distorsionó de su camino, cada uno por diferente. 

Mientras Yang pensaba en porqué había sido tan grosero con sus mejores amigos, Nishimura se tenía cada vez peor por su rivalidad. Quién se sentía neutral era Ta-ki, él sabía que por sus mejores amigos, él sería capaz de dejarlo todo, con tal de verlos feliz. 

La rivalidad no era opción para ninguno, pero fue Nishimura quién comenzó con la guerra, por nada de nada, perdería a su amada. 

Al día siguiente:

El día había comenzado nombrar para nuestra querida Hinata, un día en su colegio, normalmente, esperando el sonido de la campana sonará, para que comenzaran las clases. 

Sus tres mejores amigos entraron, lanzándose miradas fulminantes y de notario rivalidad, mientras se distorsionaban de lados, se sentaban todos juntos, uno al lado del otro, pero está vez no era así. 

Jungwon se sentó en uno de los asientos de adelante, dándole la espalda a Hinata y al dúo de japoneses amigos, Ni-ki se mantenía al lado de Hinata, y Ta-ki al otro lado. 

Hinata estaba confundida, y le preguntó a Ni-ki: 

— ¿Le pasó algo a Jungwon? —Preguntó preocupada. 

— No, no tiene nada. —Respondió serio—. Solo tuvimos una discusión luego que te acompañamos a casa y al parecer le cayo muy mal la jugada. 

— Pero, ¿que cosa? —Preguntó ceñuda. 

— No es nada importante Hina-san. —Sonrió Ni-ki. 

Ella se sonrojó a tal acción, era raro que le dijera así y más en una situación extraña como la que estaban viviendo. 

Hinata miró hacia donde estaba Jungwon, y él la miro directamente a los ojos, regalándole una sonrisa cálida, aquella que dejaban ver sus lindos hoyuelos al extremo de sus mejillas, era muy tierno. 

Lo que al dúo de japoneses amigos les dio un poco de celos, a pesar de que habían convivido todos juntos, todavía seguían sintiendo celos unos a los otros. 

El profesor de historia entró a la sala, dando inició a su clase, lo cual normalmente, duraba alrededor de 1 a 2 horas y media. 

[. . .]

Las clases habían culminado luego de 2 horas media, ya que su profesor se extendió de manera profunda por el tema que estaba dando. Era sobre la cultura Coreana y sus comidas típicas, a lo que los chicos estuvieron todos atentos, y Jungwon feliz, porqué estaban conociendo más su cultura y su proveniente. 

Todos estaban felices por aprender nuevas cosas, aunque algo desconcentrados por los problemas que tuvieron el día de ayer. 

Salieron de camino a la cafetería, todos distanciados y muy pensativos, del como harían todo, sin hacerles daño a cada uno y excesivamente a Hinata, no quería que por sus inmadureces, saliera lastimada por verlos peleados de tal manera. 

— Se sentaron en diferentes sitios, en serio están enojados. —Pensó la pelinegra.

Hinata miro por todos las dos, y se preguntó que estaba pasando. 

Mientras los chicos, sabían que tenían rivalidad. 

Querían obtener su amor, protegerla, pero solo uno tendría un puesto tan grande en la vida de Hinata. Los tres no podían obtenerla al mismo tiempo, solo tenía que luchar y tener todo eso que anhelaban, que era su amor. 

Pensar, tras pensar, se sentían culpables los tres, por no afrontarlo con madurez, como todos hombres que eran, a pesar de su pequeñez, tenía que arreglarlo de manera madura. 

Compartían una serie de miradas fulminantes, de rivalidad, y otras de arrepentimiento y miedo a que podía pasar. 

"Tenía miedo que

se perdieran mutuamente"