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Aquella pelinegra que en estado de confusión se encontraba, tratado de deducir aquellas palabras que cruzaron por sus oídos y que invadían sus pensamientos; quedando en un laberinto mental sin saber como salir. 

Sus pies estaban sobre aquella tierra que se hallaba mojada por el llovizna, su vista al cielo y su corazón confundido. 

Por su mente cruzaban muchas cosas, en esas, se preguntaba mucho cuales eran sus cualidades como persona y porqué la eligieron. Estaba ida, no se daba cuenta de lo que estaba pasando a su alrededor. 

Las acciones de cada uno de sus mejores amigos se reflejaban en su cabeza, percatándose de algo. 

Ella estaba enamorada de Nishimura. 

La lluvia comenzó a caer, muy fuerte, la chica decidió ignorar ese hecho, siguiendo su caminar por aquellas calles nubladas y grises de Okayama. Perdida una vez más en si misma, con el corazón acelerado por nervios y la ansiedad de saber más acerca de aquel tema. 

Estaba pasando la calle y de repente todo se volvió gris para aquella pelinegra. 

Solo escucho las sirenas de la ambulancia, que sonaban con mucho desespero; justamente la lluvia había cesado y allí se pudieron cinco voces reconocidas, las de sus tres mejores amigos y las de sus padres.

Quién más gritaba era Nishimura, mientras su voz se volvía cada vez más rota e ida de lugar. Muchas personas aseguraron ver a la castaña en estado critico, también aseguraron que quien más estaba sufriendo era aquel menor que vivía como un chicle al lado de la pelinegra; pedía a gritos que pudiera recuperarse pronto. 

Se encontraban en el hospital, esperando los resultados de aquella susodicha acción que les destrozó el corazón a cada uno de los presentes; estaban llenos de nervios, esperando que el dolor saliera de aquella sala con buenas noticias. Pero, no fueron buenas noticias las que salieron de la boca del azabache. 

— ¿Familia de la señorita Hinata? —Preguntó entré miedo. 

— ¡Aquí! —Respondieron los cinco de un santiamén. 

— Lamentablemente no tengo buenas noticias —Dijo directamente. 

— ¿Qué le paso a mi niña? —Preguntó aquella madre preocupada por su hija. 

— El impacto fue tan fuerte que hizo que perdiera mucha sangre, afecto más los huesos principales de las piernas y un fuerte golpe en la cabeza, afectando la función cerebral en el lado izquierdo. Que significa que es probable que quedé en coma por un tiempo no definido; lo lamento tanto, hicimos todo lo que pudimos —Contestó cabizbaja. 

Aquellas palabras marcaron a los padres de la menor y en especial a sus mejores amigos. 

Jungwon, no aguantó la presión en su pecho, cayendo en posición fetal al suelo por las palabras dichas por el doctor. Sus ojos habían perdido el brillo, ahora se encontraban acumulados de lagrimas que al final salieron. 

Ta-ki, casi se desmaya debido a la noticia, no dudo en llorar, abrazando a Ni-ki, quien se encontraba perdido en su mundo, para luego volver a la realidad. 

Se separó del abrazo de Ta-ki bruscamente, dejándolo confundido; Nishimura cayó de rodillas al suelo, apoyando sus manos al piso y allí fue donde rompió en llanto. 

Gritaba el nombre de la pelinegra, una y otra, y otra vez. Con esperanzas de que su llamado fuera contestado, mientras aquellos presentes se entristecían y les causa escalofríos aquella escena. 

Él en verdad la amaba.

Quiero protegerte, déjame hacerlo [Nishimura Riki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora