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Los días pasaban y aquellos japoneses seguían enojados con el coreano, mientras aquella pelinegra quería saber el motivo de la pelea; ella seguía saliendo con sus 3 mejores amigos, pero está vez por separado, Ta-ki y Ni-ki, y aparte salía con Jungwon, pero ellos dos solos. 

Muchas veces le tocó el tema a Jungwon, pero él ignoraba el tema. 

Ella se encontraba escondida detrás de uno de los grandes arboles, esperando a que sus 3 mejores amigos se encontraran en el lugar donde ellas los citó. Está vez no consultó con los tres, les escribió a cada uno por separados, para que pensarán que ella los había convocado allí. 

Los tres chicos llegaron al mismo tiempo, mirándose con rivalidad, mientras ella observaba detrás de ellos.  

— ¿Qué hacen ustedes aquí? —Preguntó el pelinegro mayor alzando las cejas. 

— Mejor dicho, que hacen ustedes acá —Habló el castaño mientras los observaba. 

— Hinata me citó aquí —Respondieron el japonés y el coreano al mismo tiempo.

— Maldición —Maldijo suavemente. 

— Me imagino que fue para que arregláramos las cosas —Habló Ta-ki suavemente. 

— Por favor Riki —Miró a Ta-ki—, es obvio que es para eso, pero saben muy bien lo que pasó. 

Eso hizo que la chica frunciera el ceño confundida. 

— Luego que Nishimura anunció la guerra, me lo tomé muy en serio —Confesó el pelinegro mayor. 

— Lo siento, no fue mi intención, lo solté en un momento de celos y rabia —Confesó el castaño arrepentido. 

— Un simple lo siento no bastará —Dijo Jungwon. 

— Sé que hice mal —sollozó—, lo lamentó tanto. 

Jungwon se sorprendió al ver a Ni-ki en ese estado, y Ta-ki habló. 

— Yo renunció. 

— ¿Qué? —Respondieron al unísono.  

— No puedo ser rival de mis mejores amigos —soltó desanimado, no le gustaba estar así—, ustedes son mi familia y verme a mi feliz y a ustedes tristes, no me lo imaginaría. 

De inmediatamente los ojos de la pelinegra de abrieron, allí descubrió que sus mejores amigos estaban enamorados de ella. 

— Lo lamento tanto —soltó Jungwon—, me dejé llevar por la rivalidad y no me di cuenta de que en verdad me tendría que importar más su amistad, lo lamento tanto —Dijo cabizbaja. 

— Yo, también lo siento —Dijo Ni-ki—, estaba muy enojado y fui muy egoísta. 

— ¿Mejores amigos? —Dijo Ta-ki. 

— Mejores amigos —Respondieron al unísono. 

Los tres se abrazaron con nostalgia, luego de separarse, se alejaron de ese lugar felizmente hacía una cafetería cercana de allí. 

Por su lado, la pelinegra se encontraba llena de dudas y muchas preguntas en su mente, también tenía curiosidad, por saber porqué ellos tenían tal gustó por ella. Si ella, no se consideraba lo suficiente buena o lo suficientemente satisfecha consigo misma. 

Vivía acomplejada, siempre lo había sido. 

— ¿Por qué les gustó? —Pensó en voz alta, mientras se encontraba sentada en una banca. 

— Será porqué para ellos eres increíble —Dijo aquella voz desconocida. 

— ¿En serio? —Miró a la desconocida. 

— A veces las personas ven mejores cosas de las que nosotras mismas no hallamos, nos ven cosas positivas, mientras nosotras negativas. Se enamoran con el alma, de todo lo que tienes y tu aura positiva, alegré y divertida. Eres su tipo ideal, tal vez sea por eso —Confesó aquella señora. 

— No me consideró muy buena para ellos, solo me siento algo mal conmigo misma por no darme cuenta antes de que les gustaba. Nunca me he enamorado, y no sé como se sienta al respecto —Confesó la pelinegra. 

— Si te sientes cómoda, sientes que tus mejillas arden y que sonríes con esa persona todo momento, es porqué tu corazón siente atracción por ella. Si sientes tu corazón latir fuertemente, mientras tus nervios salen y tus manos sudan con gran intensidad, es porqué esa persona está comenzando a cautivar tu corazón a fondo, y cuando te enamores como tal, esa persona se volverá tu todo, y solo te importará ella —Sonrió cálidamente. 

La desconocida marchó, dejando a la pelinegra pensativa. 

Todo lo que había mencionado la desconocida, era lo que sentía con Ni-ki, los nervios, su corazón acelerado, su sonrisa de manera inesperada.

Se había enamorado de Nishimura. 

Aquel chico que le dio la bienvenida al colegio el primer día, era quién había robado su corazón.

Quiero protegerte, déjame hacerlo [Nishimura Riki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora