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— Comiencen con sus presentaciones, que no tenemos todo el día, gracias. — habló el pelinegro. 

— Agh, está bien. — dijo el chico de tez blanca. 

La chica los miro a todos esperando a sus dichosas presentaciones. 

— Soy Kim Sunwoo, un gusto en conocerte. — sonrió tiernamente e hizo una pequeña reverencia. 

— Soy Shim Jaeyoon, más conocido como Jake. — imitó la acción del chico anterior. 

— Un gusto, soy Park Sunghoon. — rió un poco dejando ver sus colmillos afilados. 

— Ohh, parece vampiro. — chillo con emoción la pelinegra. 

— Soy Park Jongseong, más conocido como Jay. — sonrió. 

— Y yo soy Lee Heeseung, un gusto. — sonrió nuevamente. 

— Es un gusto conocerlo, ya por lo visto saben mi nombre, así que, no es necesario presentarme. — rió tiernamente. 

Aquellas personas, se volvieron tan inseparables. 

Narradora:

La brisa despeinaba la melena de ambos jóvenes que se encontraban sentados en uno de los bancos que estaban en aquel pequeño parque, mientras sus manos estaban entrelazas. 

— Alguna vez te imaginaste estar así conmigo? — preguntó el pelinegro. 

— Muchas veces, de hecho pensaba en ti todos los días con las esperanzas que fueras y pronunciarás aquellas palabras que necesitaba. Un "me gustas" o un "te quiero" era lo que más quería. — contestó sincera. 

Los ojos del pelinegro se iluminaron por la ilusión y el alivio que sentía en ese momento, muchas veces dudo de decirle a Hinata lo que sentía por miedo al rechazo y para no traicionar la confianza de sus dos amigos. 

— Yo... siempre tuve miedo de decirte exactamente lo que sentía por ti. Respetaba mucho a Taki y a Jungwon porque siempre han sido como mis hermanos desde la secundaria, y no quería que salieran lastimados, sabes? — confesó el pelinegro. 

Ella asintió varias veces y él siguió hablando. 

— Todas las noches pensaba en lo linda que eras conmigo y con todas las personas a tu alrededor, aquel brillo peculiar de tus ojos, tu sonrisa, tus mejillas, todo de ti siempre me ha parecido perfecto. Y es increíble que ahora esté a tu lado, tomándote de la mano y besando aquella boca que siempre pensé que para mi sería prohibida. — dijo con ilusión. 

Los jóvenes se miraron sintiendo la misma conexión de siempre, ambos eran el uno para el otro y eso siempre sería así. El pelinegro alzó su mano izquierda para acariciar la mejilla derecha de la pequeña, ella al sentir el tacto cerro sus ojos, dejándose llevar por aquella caricia que transmitía amor y que tanto la relajaba.

El contrario dejo un pequeño beso en la comisura de sus labios, para luego llegar a ellos y besarlos de manera tierna, la chica, quien correspondió al beso en santiamén tomó la mano con la cual el chico acariciaba su mejilla para profundizar mas el beso. 

En todo momento se podía sentir el gran amor entre ellos. 

Era mutuo, siempre lo fue. Solamente aquel miedo de perderse era el verdadero obstáculo para ellos; muchas veces dicen que quien no arriesga, no gana. Y es totalmente cierto, aunque crees que no ganarás por inseguridad, puede que sea lo contrario, que ganarás solo que no tienes confianza en ti. 

Ambos confiaron en si mismo al crecer y al imaginarse de como serían sus vidas sin su presencia. Especial en el pelinegro, que paso por malos momentos luego que Hinata tuvo aquel accidente, quería tenerla, pero simplemente no podía por el como estaba. 

Por otra lado Hinata, se lleno de miedo y de inseguridad al enterarse que sus mejores amigos estaban peleando por ella y le causo presión, perdiendo el control de su mente y perdiéndose en ella, causando un grave accidente.

Todo aquello tiene sus consecuencias, y luego es donde toca ser feliz. 

Quiero protegerte, déjame hacerlo [Nishimura Riki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora