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— Crees que a Riki le guste? — preguntó la mas baja mientras le enseñaba el gran suéter negro a su acompañante.

El gran acompañante que era Jungwon miró el suéter con detenimiento llevando una de sus manos a su mentón para verse pensativa y luego respondió. 

— A Ni-ki le gusta todo lo que se relacioné con el color negro, además de que hace meses quería un suéter únicamente negro, porque la mayoría son de colores. Solamente busca uno que tenga capucha y te queda como anillo al dedo. — comentó el ojos de gato. 

La pelinegra siguió buscando entre los buzos, encontró uno con capucha y el buzo en la parte trasera tenía estampado un leopardo, algo que hizo que le recordará mucho a su novio. 

— Me gusta esté. — alzó la chica el suéter para que su mejor amigo lo pudiera ver. 

— Riki me comentó una vez que quería un buzo similar a ese, así que vamos bien. — sonrió un poco. 

— Lo iré a pagar, tú sigue buscando lo que vas a llevar. — avisó la chica para caminar hacia la caja registradora. 

Luego de haber pagado el buzo, la chica de la caja lo dobló y se lo entregó a la japonesa en una bolsa roja con un lazo en medio para sellarlo. Volvió a donde estaba su mejor amigo felizmente y satisfecha por el regalo que le había comprado a su novio. 

— VOLVÍ! — anunció su llegada la pelinegra alegremente, asustando a su mejor amigo. 

— Babosa, me asustaste, no ves que estoy concentrado? — frunció el ceño. 

Ella soltó una leve carcajada y se abalanzó sobre él, a recostándose a su espalda. 

— Sabes que siempre me amarás Jungwon, sin mí no puedes vivir. — alardeo la chica con una gran sonrisa brillante en su boca. 

— Es cierto, mi pequeña. — pensó el pelinegro quien la observaba de reojos. 

Los más afectados cuando la chica tuvo el accidente fueron sus 3 mejores amigos, se veían seguidamente y eran uña y mugre los cuatro. Luego de su accidente, tuvieron un aislamiento muy fuerte por el dolor que sentían en el pecho; ella para ellos siempre fue el pilar que los ayudo a avanzar y a ser quien son actualmente. 

En la actualidad los cuatros volvieron a ser felices, inclusive con más personas y a los cuales ellos podían llamar amigo. La tormenta fue fuerte en algún punto de sus vidas, pero ahora todo está bien y la tormenta ceso, solamente quedo el arcoíris. 

— Vamos? — preguntó la japonesa mientras avanzaba a pasos lentos. 

El coreano solo asintió felizmente, colocándose a un costado de la chica, saliendo así de la tienda que estaba casi vacía, solamente estaba ellos allí. 

Ambos mejores amigos iban caminando por las calles de Okayama, habían varios edificios donde las personas entraban y salían. Algo del día a día. Nos les colocó la suma atención y siguió caminando, así desviando su camino a un pequeño parque donde se encontraban los niños jugando, a lo que su pequeño amigo se dio cuenta de la situación y decidió preguntarle. 

— Quieres casarte con Riki, cierto? — le cuestionó. 

Permaneció en silencio un momento, el pelinegro la miró y las mejillas de la japonesa se habían ruborizado, dando afirmación de la pregunta, eso le causo gracia y rió de la ternura. 

— Por qué te ríes? — preguntó la chica con el ceño fruncido. 

— Tus mejillas se sonrojaron y eso es una afirmación a mi pregunta. — contestó seguro con una sonrisa victoriosa. 

La chica tocó sus mejillas, estaban ardiendo y eso hizo que se coloraran mas. 

— Sinceramente si quiero casarme con él; — habló mientras caminaba a pasos lentos. — solamente soy alguien cobarde como para ponerme a hablar con él y me da miedo. — confesó la pelinegra. 

El chico escucho atentamente las palabras de su mejor amiga, haciendo que sonrieran inconscientemente; estaba insegura, se le notaba, su tono de voz era desanimado y la melancolía que tenía era grande. 

— No te aferres a esas ideas, con esos pensamientos jamás llegarás a nada. Él te ama, lo puedo justificar desde que estábamos en la secundaria, aquellas peleas no fueron por nada y no creo que ahora te amé menos que antes, más si te tiene junto a el. ¿No crees? — habló suavemente el coreano mientras caminaba a su lado. 

— Tienes razón. — le respondió la chica de la misma forma. 

Solo, tengo miedo a que pase algo y que él se aleje...

Quiero protegerte, déjame hacerlo [Nishimura Riki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora