La Promesa Eterna-1 ✔

Capítulo 7

La situación no puede ser peor. Ginger parece que se ha desmayado y está apoyada en mi hombro sin ningún gesto que indique que vaya a despertarse pronto. Su respiración es regular, pero la cabeza le arde por lo que no hay ninguna duda de que tiene fiebre. Luego está la parte de que muchos ojos no paran de mirarnos acompañadas de unas sonrisas traviesas. Uno incluso me ha dado un beso en la mejilla, pero estaba tan estupefacta por la situación que no he podido hacer nada, él en cambio se ha ganado aplausos de las personas y palmaditas en la espalda.

Me acurruco más en mi sitio. Rabia acumulada y miedo se mezclan en mi interior. Quiero salir de aquí, pero a nada que me levante decenas de manos me empujarán contra el sofá. No sé en que momento estoy temblando, pero ni mis temblores hacen que la gente pare de tocarme los hombros o el pelo. Les digo que no me toquen, pero siguen haciéndolo, incluso con Ginger a mi lado, desmayada. No es hasta que el moreno de enfrente pone orden que dejan de molestarnos.

—¡Ya tenemos a las afortunadas de este año de participar en nuestra prueba!—La gente grita y se suben unos encima de otros como gorilas—. ¡Este año la prueba no va a ser tan sencilla como los anteriores!—más gritos se mezclan con la música a todo volumen—. ¡Este año debe ser especial y por ello hemos decidido dar un paso más allá!

El del micrófono da vueltas a su collar de flores y levanta las manos una y otra vez provocando que la gente se ponga más loca.

—¿¡Quién quiere fiesta!?—Todos gritan a la vez—. ¿¡Quién quiere emborracharse hasta no recordar nada a la mañana siguiente!?—De nuevo gritan. Incluso más fuerte, tanto que casi ni la música se escucha—. ¡Joder si! ¡Esa es la actitud que quiero ver!

De un salto se baja de la mesa en el que estaba y nos señala.

—¡A continuación vamos a presentaros a las voluntarias! ¡Las elegidas este año! ¡A mi izquierda una pelirroja que todos conocemos! ¡Aquí presente...Ginger Jones!

Me tapo los oídos cuando uno comienza a gritar a mi lado. Su aliento huele a alcohol y me dan arcadas, que por suerte no llegan a más. A mi lado noto a Ginger que se despierta. Inmediatamente abre los ojos y se aferra a mi abrazo mirando a las personas de nuestro alrededor que no paran de gritar y señalarnos.

—Keira...¿Qué es esto?

Le aprieto la mano e intento respirar normal. Creo que siento que mi pecho va a estallar.

—Tú...tranquila, todo va a salir bien.

Mis palabras no convencen a Ginger y siendo sincera a mí tampoco, pero por lo menos ahora Ginger está despierta. Que la pelirroja esté consciente parece refrenar los tocamientos hacia nosotras, al fin y al cabo Ginger es la hija del alcalde por ende hay algunos que no quieren correr riesgos.

—¡A su lado la nueva del pueblo a quien todos hemos oído su nombre una y otra vez por los profesores o nuestros padres!—Estallan las risas—. ¡Keira Selby!

No logro distinguir a las personas que sin previo aviso me mueven los hombros. Mi cabeza da vueltas y araño los brazos en un intento desesperado de que me dejen en paz, pero el simple hecho de que me esté defendiendo parece incitarlos. Creo que Ginger grita mi nombre, pero mis gritos y las risas me impiden escucharla o verla.

—¡Por favor caballeros, dejad a la chica en paz!—dice el del micrófono mientras ríe.

Las manos desaparecen y me abrazo a mi misma con la respiración acelerada. Tengo ganas de llorar, pero solo el pensar del regocijo que tendrían al verme en ese estado me saca de quicio. No voy a llorar, no les voy a dar más motivos para que se burlen de mí.

—¡Cómo iba diciendo este año hemos querido que sea especial! ¡Todos los años es el mismo patrón! ¡Escogemos a un novato y hace la prueba! ¡Pero yo ya estoy cansado! ¡¿Y vosotros?! ¡¿Queréis algo innovador?!—Detrás de mí la gente golpea las paredes dándole la razón—. ¡Esa es la respuesta que quería!—grita a todo pulmón para después sonreír en nuestra dirección —. ¡Este año una de estas maravillosas señoritas será la elegida! ¡Pero no seremos nosotros quien lo decida!—anuncia mientras se escucha un poco de abucheos—. ¡Calmaos! ¡Serán ellas quien elijan quien será la que hará la prueba! ¿¡Se protegerá a sí misma o por el contrario se sacrificará!?