—Vale, básicamente estabas en la biblioteca estudiando y como tenéis la misma mochila, Laylah Relish te ha quitado accidentalmente la tuya, ¿cierto?
Hace dos minutos Ginger me ha enseñado una mochila negra idéntica a la suya, con todos los apuntes y libros de medicina de la carrera que está estudiando Laylah mientras me explicaba lo que ha pasado.
—La solución es sencilla—afirmo mientras conduzco hacia la casa de los Relish, siguiendo las indicaciones de Ginger—. Llamamos a su puerta y le contamos lo que ha sucedido, te da tu mochila tú la suya y problema resuelto.
—¡No!—interrumpe haciendo que de un pequeño salto—. Verás a esa chica no le caigo nada bien y bueno... Tengo miedo de que haga algo a mis apuntes o empiece a crear rumores falsos de mí y necesito mantener una reputación buena, soy la hija del alcalde.
Giro hacia la izquierda. Le miro extrañada.
—Ginger creo que estás sacando todo de contexto. Dudo que haga algo tan solo por un error, son mochilas, no secretos de Estado.
Ella suspira enfadada.
—Tú no lo entiendes—susurra agotada—. Esa chica me odia, no sé el motivo, pero no te miento cuando te digo que podría hacer lo que quisiera con el contenido de mi mochila y es extremadamente importante que no toque nada y si descubre que es lo que tengo dentro....—suspira fuertemente enterrado su cabeza entre las palmas de sus manos con gesto derrotado—. Por favor Keira, te necesito, no puedo hacer esto sola, eres mi amiga.
Muerdo el labio, incómoda. No quiero fastidiar lo que tengo con Ginger. Ella es la única persona a la que puedo llamar amiga en toda mi vida y no encuentro ningún gesto que me indique que esté mintiendo. Sea lo que haya dentro de esa mochila parece ser algo extremadamente valioso, tanto que parece estar a punto de llorar con tan solo imaginarse si alguien viera el contenido de su mochila.
No volvemos a intercambiar palabras durante lo que queda de camino, solo detengo el auto detrás de unos árboles escondiéndolo lo suficientemente bien para que nadie nos vea al llegar a la mansión de los Relish.
Me giro hacia Ginger que sigue hecha un ovillo.
—Tienes razón Ginger—digo desabrochando el cinturón—. Si eso es tan importante para ti te ayudaré. ¿Qué hay que hacer?
Sus ojos se iluminan y salta hacia mí dándome un abrazo.
—Sabía que lo entenderías. Eres la mejor.
Le sonrío cuando se aparta. Ambas bajamos del coche caminando silenciosamente. Nos escondemos entre los matorrales para no ser vistas.
—Oye—susurro llamando su atención—. ¿Cuándo vienen Aisha, María y Emma?
Creo que Ginger aprieta la mandíbula, aunque no estoy segura por la poca luz que hay en nuestro escondite.
—Ninguna de las tres podía venir.
No me explica nada más y me extraña. ¿No son ellas sus amigas de la infancia? ¿Por qué no han venido? Sin embargo no me da tiempo a preguntárselo porque se mueve silenciosamente y avanza hasta el siguiente matorral, más cerca de la casa de los Relish. Espero unos momentos y después la imito.
Al final vemos la enorme puerta de la casa que está rodeada por unas verjas de metal con unos pequeños búhos en la parte superior que nos impiden el paso.
Ginger se adelanta y yo me permito ver la casa.
Es enorme. Tiene 4 pisos y por lo menos tres chimeneas a la vista. De las tres que logro ver una está encendida revelando que por lo menos un miembro de la familia Relish está en su casa. Las tejas son negras y el color de toda la casa es de un marrón oscuro. Algunas ventanas están completamente oscuras y otras con luz, pero todas tienen un marco blanco haciendo contraste con el color principal de la casa. La puerta es enorme, de un color negro y tienes que subir unos peldaños rodeados de hierba antes de llegar. También me fijo que hay un aparcamiento privado, aunque solo hay un coche de color negro. Por el otro lado veo un pequeño camino que se divide en dos: uno va dentro del bosque con pequeños farolillos encendidos colgando de las ramas de los árboles iluminando el oscuro sendero. El otro va hacia la parte de detrás de la casa. Me muerdo los labios queriendo saber qué hay detrás. Seguro que alguna piscina o algo parecido.
ESTÁS LEYENDO
La Promesa Eterna-1 ✔
Teen FictionEn Denver, la ciudad de las oportunidades y las esperanzas llega Keira Selby para poner todo patas arriba. Su repentina llegada al comienzo de su primer año en la Universidad de Denver, levantará a su paso secretos que nadie había pensado poniendo e...