Capítulo 3: Lo prometo.

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Me quedo estática mirando el mensaje en pantalla.

Necesito tu ayuda.

ayuda pero ¿en qué? A todo esto, ¿quién se supone que es?

Todas mis preguntas se esfuman cuando Derek baja el vidrio del copiloto y me grita:

—¡Hey! ¿Estás bien? Vamos a llegar tarde.

Sacudo mi cabeza y estampo en mi cara la mejor sonrisa que logro crear y me subo a la camioneta.

Mi novio pone música en la radio durante el viaje pero mi mente solo se encuentra en ese mensaje

¿Será una buena idea responderle? ¿Acaso eso es cuestionable a este punto?

No conozco de nada a esa persona y nuestro primer encuentro no fue el mejor que digamos.

Tal vez el mensaje no era para ti.

Eso espero, aunque, si fuese así ¿por qué no se corrigió?

Eran demasiados preguntas, esta situación no tenía sentido. Estaba por ir a almorzar con mi novio y su padre, lo último que necesitaba era pensar en un desconocido con tintes de bipolaridad.

Meneo la cabeza otra vez como si así pudiera alejar los pensamientos y Derek me mira por unos segundos de manera inquisitiva.

—¿En qué tanto piensas?

-Tareas, tengo un montón. -Digo como explicación. - ¿Celoso de qué no estés en mi cabeza por un momento?

-¡Ja! Ya quisieras.

-Idiota. - Le digo y ambos reímos.

Respiro, esto es lo que necesitaba. Normalidad.

Llegamos a su casa y en cuanto ponemos un pie dentro aparece el señor Charlie con una gran sonrisa.

Es bajito,  usa lentes, su cabello marrón está casi rapado por completo y salteado con unas pocas canas, piel clara.

Le devuelvo la sonrisa al instante.

-¡Shelley! Bienvenida, me alegro de verte.

-Yo también.

Nos damos un abrazo y luego sigo a Derek hasta su habitación mientras su padre sirve la comida.

Su casa es grande,  de dos pisos, blanca y tiene un gran patio  donde está el primer amor de mi vida: Un lago.

Derek entra en el cuarto de baño para darse una ducha y yo recorro el lugar con la vista desde su cama, he estado un millón de veces aquí,  hasta tengo ropa mía para cuando me quedo a "dormir".

—De verdad me alegra que hayas venido.

—Y a mí que me hayas invitado.

—Siempre querida.

El señor Charlie habla mientras comemos su pollo agridulce en la mesa que está en el patio, le ha quedado exquisito, como siempre. La señora Diane ya está aquí y se ha comportado como siempre a mi alrededor, callada y fría.

¿Se pone difícil la suegra, eh?

Cállate.

Ella siempre que estoy aquí solo se limita a mirarme con burla o impaciencia a través de sus espesas pestañas y su cabello negro. No suele hablar mucho y pienso que  puede ser que para ella yo no soy suficiente para su hijo. Derek me dice que no le haga caso a la actitud de su madre.

Fácil, simular que la vieja bruja no existe y qué no te pone nerviosa.

Después de comer vuelvo con Derek a su habitación y me acuesto en su cama, huele a él y eso me encanta,  la funda es de color azul rey al igual que el fondo del primer post para la línea de apoyo.

¿Y si somos fugaces como estrellas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora