Capítulo 34. Paquete doble.

70 17 16
                                    

Y bueno, pasaron tres semanas luego del pequeño incidente con Derek. Gracias al cielo el idiota parece estar calmado y a dejado de joder tanto, Charlie me dijo por medio de una llamada que su hijo está sentando cabeza.

Si ajá.

Pero si es así o no me da igual.

Allá él.

En este momento estoy en casa de Evander, estamos preparando una especie de "pizza" en la cocina para almorzar (mi novio está loco, disculpen) me a indicado que corte las cebollas mientras él hace la salsa.
Mi pequeño gran problema con las cebollas es que cada que las pico me hacen llorar. Pero no hablo de unas insignificantes lágrimas ¡No! Yo lloro a mares gracias a esas cosas.

¡Puf! Perfecto.

Con los ojos  medio abiertos y cubiertos por un para nada lindo ardor, me alejo de la isla y él sigue mi tarea. Unos minutos después estoy cubriendo la masa con la salsa y colocando sus acompañantes.

—¿Qué se supone que es esto?– pregunta mi novio mientras pongo una rodaja de jamón.

—¿Pizza?

—Parece todo menos pizza, debes poner los acompañantes en orden y no como una montaña– me quita divertido y miro lo que estaba haciendo, tiene razón mirando desde lejos la pizza no se ve nada apetitosa– ¿Donde viste que esto se ponía así?– señaló.

—Ratatouille.

—¿Me estás diciendo que te fijaste de como preparar la comida de una película infantil de Disney? Además ¿Sabes que él no preparaba pizza porque son franceses y no italianos, verdad?

—En mi defensa, estaba un poco más chica cuando la vi.

—Eres increíble –dijo sonriendo y siguió en lo suyo, por mi parte me dediqué a mirarlo y vaya que me gustó ese trabajo.

Estábamos solos, Delia al parecer andaba con Carlos. Sí, la dragona por fin aceptó que algo le pasaba con el chico y estaban empezando una "especie de relación".

¡Ah! Y Cassie por fin perdonó a Slade.

Finguiremos que nos sorprende.

Hace dos semanas hablaron y resolvieron las cosas, en la universidad todo había cambiado. La mayoría del equipo pasaba tiempo con nosotros y Cassie era la chica enviada de este período. Donna estuvo durante la estadía de Eduard y me agradó que mi amigo la evitara a toda costa, se fue hace unos días y se que no lo volveré a ver hasta dentro de un buen tiempo.

Rato después de que Evander terminó nuestra labor, recogimos todo y nos sentamos a comer para limpiar he irnos al cine (fue mi idea) la pizza está acompañada de jugo de naranja.

Él y sus gustos exóticos.

Cuándo iba por mi cuarto pedazo de pizza (¿Ya dije que amo comer? Por suerte y no engordo, bueno, no mucho...

¿Quieres cortar o siguiras con esto?

Vale, paso mucho tiempo con Delia.

Siguiendo, cuándo iba por otro trozo de el maravilloso elixir de vida (aparte del alcohol y no me llamen alcohólica) la puerta blanca de la sala se abrió y dio paso a una señora que conocía bien, sus facciones elegantes y su altanería me dejaron con el bocado a medio comer.

Evander se levantó rápido dejando que su camisa verde manzana se convirtiera en un rayo con esa acción.

—¡Mamá! ¿Cómo estás?– se acerca a la señora y le da un beso en la mejilla, yo trato de limpiarme para disimular que andaba tragando como cerda.

¿Y si somos fugaces como estrellas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora