FLICKER || S.M N.H||

Capítulo 13

Después de la muerte de Tarzan, las cosas para Shawn habían ido en picada.
Había buscado el consuelo que jamás había recibido por parte de su madre, pero todo había sido pero de lo que esperaba.

"Sólo cómprate otro perro, hay muchos iguales a Tarzan"

Su madre era cruel, pero jamás había imaginado que tanto.

El ojimarrón se había encerrado en su habitación, saliendo solo para ir a la escuela y encontrarse con su amado Niall.
Su habitación estaba descuidada, papeles, ropa, libros y demás regados por las cuatro paredes. Sin embargo, una zona estaba impecable: La caja de pino que contenía las cenizas de su mejor amigo.

Aquel domingo, después de mucho la familia Mendes había decidido dar un paseo. A pesar de tratar de convencer al castaño de ir, éste se negaba rotundamente.

Se encontraba totalmente solo en el departamento, siendo inundado por el silencio. Aburrido de aquello, decidió tomar su guitarra que ya comenzaba a empolvarse en una esquina de su habitación.

Empezó a juguetear con los acordes, murmurando pequeñas frases que se le ocurrían al momento, hasta que escuchó el timbre sonar.

Extrañado por tener visitas, se levantó a penas duras de su acolchada cama y fue directamente hasta la puerta principal, sin esperanzas de que sea alguien importante abrió la puerta, y de manera instantánea sintió unos suaves labios chocar contra los suyos.

El olor a chocolate inundó sus fosas nasales, el de ojos zafiro se separó de él y dejó otro suave beso en la frentecita de su adorado castaño.

— Nini... no esperaba tu llegada — sonrió débilmente mientras acurrucaba a su novio entre sus brazos.

— Aaliyah me dijo que habían salido, me dio permiso de venir a verte — sonrió despeinándole el pelo.

Caminaron hasta el comedor donde el ojiazul dejó una bolsa de papel un poco grande y se despojó de su gran abrigo dejando ver su pequeño y delgado cuerpo.

— ¿Qué es eso? — preguntó curioso mientras rodeaba sus grandes brazos en la cintura de Niall.

— Te hice el almuerzo, seguramente debes estar hambriento, ven vamos a tu habitación — caminó dando pequeños saltitos hasta la puerta de mármol que le daba la entrada a sus privados y desordenados aposentos.

Shawn hizo una mueca de disgusto cuando hoyó el agudo gritito que su chico había soltado al ver el chiquero de su habitación.

— No esperaba visitas.— musitó excusándose de su gran desorden. Niall enarcó una de sus cejas y sonrió bobamente dándole un rápido beso a su niño.

— No hay problema amor, podemos limpiarlo juntos.— sus mejillas se enrojecieron.—...como lo harían una pareja de esposos recién casados.

Las perlas blancas del castaño se dejaron ver ante las dulces y tiernas palabras que había soltado el pequeño rubio.

Juntos fueron a la habitación de limpieza y sacaron todo lo necesario. Guantes, delantales, trapos, escobas y demás.

Niall comenzó a limpiar los empolvados estantes con cera para pulir muebles, sonriendo al ver algunas fotos de Shawn cuando era un niño indefenso, dándole pequeños besos cada que el castaño se distraía.

Shawn puso un poco de música para alivianar el ambiente, mientras separaba la ropa sucia de la limpia. Él realmente no estaba tan motivado por limpiar como lo estaba su chico, pero al menos lo intentaba.