Capitulo 10

149 21 11
                                    



Un estruendo hizo paralizar a todo el personal ejecutivo en aquella gran habitación. Greg, rompía su taza de café por la frustración. Por cuarta vez en el mes.

Llevaba trabajando meses en el informe semestral de las pérdidas y ganancias de la empresa en la que trabajaba. Pero nada iba por buen camino.

Empezó a notar pequeñas pérdidas en el primer mes, con el pasar del tiempo las pérdidas aumentaban su tamaño, y él no entendía porqué.

Dispuesto a limpiar el desastre que acababa de realizar, tomó los pedazos de porcelana más grandes con sus manos llevándolas al tacho de basura, tomando su escobilla y recogedor de basura se disponía a limpiar lo que quedaba.

Erika, la secretaría del gerente general de la empresa, posicionó sus tacos de baja altura frente a su cubículo, carraspeando la garganta para llamar la atención del empleado.

— Horan, el gerente quiere verte ahora mismo.— soltó sin mostrar un solo rastro de pena o cualquier sentimiento.

— Oh. Erika, ya estaba a punto de imprimir los informes, nuestro jefe se pondrá...— Nervioso, fue interrumpido por la mujer de pelos rojizos.

— Ahora. Oficina. — Dio media vuelta, y caminó en dirección a su puesto de trabajo. Greg bufó frustrado.

— Me dirá que tengo plazo para entregar el informe hasta dentro de dos semanas. Como siempre. No pasará nada, está todo bien.— trató de tranquilizarse a sí mismo, levantándose de su asiento limpiándose cualquier tipo de pelusa que puede se estar oculta en su traje, caminó en dirección a la oficina más grande del lugar.

En la recepción se volvió a cruzar con la desagradable secretaria, quien simplemente señaló la pierta de vidrio opaco, dándole entender que podía pasar.

A pesar de tener enredo de emociones, Greg aún mantenía su sonrisa cuadrada clavada en su rostro. Finalmente entró a la oficina, encontrándose no sólo con su jefe, si no también con su desagradable hijo.

— Horan.— Saludó el hombre de hebras blancas.— No tengo pensado en pedirte que tomes asiento. Lo que te diré será muy rápido.— Levantándose de su escritorio, y caminando al rededor de ésta para tener frente a frente al ojiazul.

— Señor, dígame.— No había hecho nada malo, solo un pequeño retraso y ya. No tenía porque temer.

— Mi hijo acá presente.— El joven de veintitrés años fingió una sonrisa desde la esquina de la oficina.— Me ha informado que han existido muchas pérdidas monetarias éste último semestre.

— Señor, es por eso mismo que tengo un retraso. Quería informarle de esta situación, hablar con la pol— fue interrumpido.

— ¡No digas más! Me da nauseas lo descarado que puedes llegar a ser. Mi pobre hijo ha realizado todas las transferencias, caminando de un lado a otro, ¿Y tú? Tú te robaste todo ese dinero.

Greg palideció dejando caer su mandíbula inferior por la sorpresa de escuchar tal blasfemia.

El enojo, la indignación, la decepción y el dolor hicieron presencia en su cuerpo. Greg se había criado bien, había sido un buen estudiante desde el primer día de clases hasta su titulación en la universidad, había sido honesto, tal cual lo había criado su padre y madre. Él era incapaz.

FLICKER || S.M N.H||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora