FLICKER || S.M N.H||

Capítulo 16

"No hay tiempo"

El suave tacto de la luz del sol sobre su piel blanquecina provocó que sus ojos se abriesen poco a poco. Recibiendo así el mejor despertar de todos,  unos brazos rodeándole la cintura y una respiración profunda en la parte posterior de su cabeza.

Sonrió al recordar lo que había sucedido horas antes. Él se había entregado a su amado, habían hecho el amor.

Estiró su mano con cuidado de no moverse mucho, para alcanzar su teléfono el cual descansaba en el buró. Una vez lo tuvo entre sus manos, fisgoneó entre sus notificaciones, sonriendo al ver el nombre de su mejor amigo, música recién estrenada de sus artistas favoritos y sorpresivamente por parte de su hermano.

"Recuerda llegar a tiempo, debemos ir con el doctor" - Greg

Menos de diez palabras le habían provocado un estremecimiento por todo cuerpo. En pocas horas sabría si todo su dolor habría valido la pena, aunque trataba de tener esperanzas, una voz en su cabeza le atormentaba con que tenía los días contados. Debía ser honesto, porque aunque aparentará que no, el realmente tenía mucho miedo sobre su futuro.

Niall era un chico risueño, añoraba la idea de algun día formar una familia, tener una casa pequeña en un campo de flores, quería hacer música y ser el mejor artista de su generación. Su imaginación volaba a miles de años luz y era consciente de aquello, pero le era inevitable soñar con un futuro encantador.

Uno donde Shawn lo recibiría cada mañana como lo hacía en ese mismo  instante, donde charlarían sobre sus atareadas agendas mientras comerían ramen recién preparado en el microondas, después de un día pesado.

Suspiró dejando escapar todo el aire que tenía dentro, siendo un poco más ruidoso de lo esperado, despertando así de su sueño ligero al chico que robaba su aliento. Niall giró su cabeza para buscar el rostro del castaño, el cual sonriendo, le dejó un beso en el hombro izquierdo.

— Buenos días, Nini.— musitó con la voz más grave de lo normal, el mencionado ocultó su rostro entre las sábanas.

— Buenos días, Shawnie.— dijo desde su posición, sintiendo las mejillas arder por recordar su noche. Shawn río al ver el comportamiento infantil de su novio.

— ¿te han dicho lo hermoso que te ves por las mañanas? Tus ojos se ven más azules de lo normal.— Dijo acariciando su pelo, dejando un corto beso en la parte trasera de su cuello.— Ya es un poco tarde, seguramente estás hambriento.

Sin más el mayor se levantó de su cama, poniéndose la pijama de dos piezas color azul que tanto le gustaba. Niall elevó su vista, tratando de ser lo más disimulado posible.

— No es necesario, puedo desayunar en casa.— respondió, dejando ver su rojizo rostro al sentarse en la cama.

— No, no y no. Sería muy mal anfitrión, además el día de ayer compre todo para darte el mejor desayuno de todos.— Se le acercó y se puso de cuclillas, quedando a la altura de su pecho.— Te amo, Eres hermoso.— lo besó, para finalmente irse corriendo a la cocina, Niall sonrió tímidamente, acurrucándose nuevamente entre las sábanas.

Debía admitir que aún se sentía cansado, además de tener un fuerte dolor en las piernas, cosa que le fue un poco difícil entender.

El pitido que hacía la caldera al avisar que el agua estaba lista, no se dejó esperar, además del chocar de tazones de vidrio y plástico, irrumpieron el sueño del rubio, haciéndolo despertar de una vez por todas.

En busca de algo para cubrirse el cuerpo, encontró otra pijama idéntica a la del castaño con la diferencia que era blanca, muy bien doblada en la silla del escritorio. Sin más, la tomó y se la comenzó a poner, dejando al fin a un chico con una pijama dos tallas más grande que él.