"Tan imposible es avivar la lumbre con nieve, como apagar el fuego del amor con palabras".
—William Shakespeare
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OH, LA DESESPERACIÓN, ese sentimiento tan horrible que se acumula lentamente desde tu cabeza hasta tu tronco para finalizar en tus pies.
—¡Baja de ahí!
—No—sonrió Mitsuba mirando al cielo—es tarde para mí. Morir es mi salvación.
—No. Por favor quédate conmigo.
—Lo siento, Kou.
—¡Mitsuba!
—Kou.—Volvió a llamar Mitsuba al susodicho, el cual dormía en sus piernas.
—Mitsuba.—Tartamudeó soltando algunas lágrimas.
—¿Qué tienes, te duele algo?—el pelirosa se calló al sentir el abrazo del ojiazul.
—No voy a perderte ¿verdad?
—¿De qué estás hablando?
—¿No voy a perderte?—volvió a preguntar llorando.
—No, no lo harás.
—Gracias
꥟
(¿Qué diablos te pasa estúpido arete de seguridad vial?—se preguntó mentalmente Sousuke—No ha dicho nada durante todo el camino, eso es muy raro).
꥟
(Está pasando otra vez. Ya he soñado con esto muchas veces. Quiero que pare no quiero perder a Mitsuba).
꥟
—Te estás portando raro, como un verdadero pervertido.—Dijo tratando de hacer gracia.
—¿Te parece?—Preguntó el rubio.
—Oh... lo decía en broma pero, después de todo, llevas mucho tiempo sin hablarme como normalmente lo hacías; tampoco salimos como antes, y te la pasas metido en tus pensamientos. Si te aburrí solo dilo, me alejaré, pero no me trates como una basura igual que los demás.—El pelirosa estaba apunto de irse hasta que el rubio lo tomo de la muñeca y lo abrazó.
—Lo siento, es solo qué he tenido muchas pesadillas, todas tienen el mismo significado, te veo morir una y otra vez, no quiero perderte Mitsuba.
