"Engordamos a los animales para comerlos, y al mismo tiempo nos engordamos a nosotros mismos para alimentar a los gusanos."
—William Shakespeare
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
SI KOU NO LE PRESTA ATENCIÓN lo más seguro es que se muera. Es como una tajada, dale atención o se quemará.
—¡¿Y sabes qué me dijo?! que era un idiota.
—No se equivocó.
El ojiazul volteó los ojos con algo de exageración. Mientras que el rosado sólo le miró indignado, sin embargo dejó aquello de lado y le dirigió la palabra nuevamente.
—Kou~.—Canturreó.—Estoy aburrido.
—¿Y a mí que me importa, conejo rosa.
—No me llames rosa, estúpido arete de seguridad vial.—Torció los ojos.—Ugh, a veces quisiera otro amigo.
—Pues búscalo, ni que te amarrara, obsesionado con el porno, misógino, masoquista, que para colmo no sabe hacer arroz.
Mitsuba lo miró sonrojado esperando una disculpa por aquello que le había dicho el rubio. Sin embargo, no hubo ninguna tras aquello.
—Eres un tonto. Perro de cuarta.
Minamoto tomó su mochila mientras se alejaba del área a paso rápido. ¿Estaba molesto? sí. Mucho, no quería ser grosero, pero respecto al comportamiento de Mitsuba, se acababa su juicio.
Miente. No es por eso. Era porque a ese paso sería el único fracasado de su familia. Todos los híbridos lobo de su clan tenían su pareja destinada antes de los dieciocho. Y él ya tenía diecisiete. Tampoco había manera de conseguir una pareja cualquiera; después de todo tendría que escoger al ideal. Y estaba seguro de que era su mejor amigo. Pero ese idiota no amaba nada que no fuera él mismo.
¿Qué deberías hacer ahora? ¿saltar de un puente? pensándolo bien no es un mal plan. ¿Después de morir qué problema podría tener? Oh sí claro, el imbecil de su amigo seguro se mataría simplemente caminando.
—¡Kou-nee!
—¿Qué sucede, Tiara?—Sonrió al ver a su hermana menor.
—¿Por qué no vino Mitsuba-kun?
El mayor sólo puso los ojos en blanco tras ello. No era que le molestara oír de él, sólo que ¿por qué justo ahora tenían que recordárselo.
—Uh. Tiara, no deberías preocuparte por eso. Él hoy tiene cosas que hacer.
—Qué mal, quería que mostrara las fotos que te tomó la última vez que vino.
Kou frunció el ceño confundido, sorprendido y sonrojado. De antemano sabía que Mitsuba fotografiaba cosas al azar, pero no imaginaba que a él.