𝐖𝐀𝐈𝐋𝐈𝐍𝐆𝐒

163 24 17
                                    

—"Dad palabra al dolor: el dolor que no habla gime en el corazón hasta que lo rompe."

William Shakespeare

KOU SACUDIÓ LA CABEZA FRENÉTICAMENTE, definitivamente iba a volverse loco

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.







KOU SACUDIÓ LA CABEZA FRENÉTICAMENTE, definitivamente iba a volverse loco. ¿Por qué demonios Mitsuba estaba gimiendo en su oído? Ah, claro, todo había sido su culpa. ¿Y si volvemos un poco atrás y vemos qué sucedió? Sí, eso es lo que debemos hacer.

—Oh~ mierda sí.—escuchó por tercera vez en esa semana.

Mitsuba había estado escuchando ruidos raros cada vez que entraba al baño de la escuela. La curiosidad lo había empezado a consumir, pero nunca esperaba encontrarse con algo tan perturbador.

La primera vez, había pensado que alguien simplemente estaba hablando en voz alta. La segunda, su mente había comenzado a sospechar. Pero ahora, la tercera vez, estaba claro que algo extraño estaba pasando. Decidido a descubrir la fuente de esos ruidos, Mitsuba se acercó sigilosamente a la puerta del baño.

Abrió la puerta con cuidado, tratando de no hacer ruido. Pero entonces, se detuvo en seco al ver a Kou, con los ojos cerrados, murmurando algo mientras presionaba un extraño dispositivo contra su cuello.

—¿Kou?—Mitsuba no pudo evitar soltar una carcajada, sin dejar de lado esa voz llena de incredulidad.

Kou abrió los ojos de golpe y se giró, con el rostro rojo como un tomate. Intentó esconder el dispositivo detrás de su espalda, pero era demasiado tarde. Mitsuba ya lo había visto.

—¿Qué demonios estás haciendo, estúpido arete de seguridad vial?—preguntó, levantando una ceja.

Kou suspiró y bajó la cabeza, derrotado. No tenía sentido mentir, no después de haber sido descubierto de esa manera.

—Es... es un masajeador vocal—admitió, avergonzado.

—¿Un qué?—lo miró como si hubiera perdido la cabeza.

—Es para mejorar mi técnica de canto. Pero parece que funciona demasiado bien y... bueno, ya escuchaste el resto.

Mitsuba no pudo evitar soltar una carcajada. Todo el misterio, toda la tensión, y al final resultó ser algo tan mundano y ridículo. Pero había algo en la sinceridad de Kou que hizo que Mitsuba se sintiera un poco conmovido.

—¿Sabes qué?—dijo Mitsuba, aún riéndose—Deberías tener más cuidado la próxima vez. No querrás que otros te escuchen gimiendo así.

Kou asintió, rojo de la vergüenza. Mitsuba se alejó, todavía sonriendo, y Kou no pudo evitar preguntarse si algún día se recuperaría de esa humillación. Pero al menos, pensó, Mitsuba no parecía haberlo tomado demasiado mal.

Los días siguientes fueron un tanto incómodos para Kou. Cada vez que veía a Mitsuba, no podía evitar recordar ese momento embarazoso en el baño. El pelirosa, por su parte, no parecía dispuesto a dejarlo pasar tan fácilmente.

❝𝐀𝐁𝐂 𝐌𝐈𝐓𝐒𝐔𝐊𝐎𝐔❞ jshk edition!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora