Luego de lo que me ocurrió, México me llevó a casa.
En el camino lo noté serio, no le respondí y sé que está algo decepcionado por eso.
Recapitulemos, México me invita un helado y me dice que le gusto. La pregunta es: ¿a mí me gusta él?
Tengo que admitir que es un chico dulce, a pesar de que pensé en un principio que era un idiota sin filtro. Le he tomado cariño cada vez que me dice Sra. Lápiz o cuando me pide que le regale de mis lapices de dibujo. Estuve castigada gracias a él, pero eso no evitó aceptar que salieramos, se comportó como un verdadero caballero y me hizo sentir especial.
Las mejillas se me calientan...porque... mierda...pasó lo que no tenía que pasar.
Me gusta México.
Se estaciona frebte a su casa pero ninguno hace gesto de querer bajarse del auto. El silencio nos rodea y la seriedad de México me asusta un poco, tomo su mano entrelazando mis dedos con los suyos. Me mira, lo miro, una guerra de miradas entra en acción hasta que México decide cortarla acercando su rostro al mío.
-No pensé que pedirte un pinche lápiz iba a hacer que me gustaras de esa manera.-susurra cerca de mi rostro.
-¿De que hablas?-digo.
-Perú, me haces sentir como un tonto. Nunca necesite un lápiz de ese examen de matemáticas -confiesa él sonrojandose-, pero de alguna manera quería estar más cerca de ti. Quería conocerte de una patética forma.
-Eres una de las chicas más esoeciales que he conocido y cuando digo que me gustas, es porque realmente me gustas, Perú. Cuando aceptastes salir conmigo wow...me sentí como uno de los chicos más afortunados del mundo.
Sonrío como boba y decido dar el primer paso, tomo la parte trasera de su cuello atrayéndolo hacia mí, haciendo que nuestras bocas chocaran. Nuestros labios no se mueven hasta que México empieza a hacerlo, chupa mi labio inferior pidiéndime el permiso para adentrar su lengua en mi cavidad. Les juro que veo fuegos artificiales, que un panal de abejas se encuentran en mi vientre y que mi mente está en las nubes en este momentos, México sabe a chocolate y su olor...mierda.
Nos separamos luego de unos segundos con un pequeño beso, México me sonríe y yo le sonrío.
-¿Eso que significó?
-¿Adivínalo?-respondo con una sonrisa coqueta mientras me bajo de su auto.
Corro rápidamente a casa y cuando cierro la puerta, la misma sonrisa boba vuelve a posarse en mi labios. Un carraspeo me hace mirar hacia las escaleras, encuentro a mi madre moviendo las cejas de arriba a abajo.
Tengo miedo...
Solo le pido a Dios que no le mencione ni una palabra a papá.
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¡Besoooooooo! Me emocioné escribiendo este capítulo.
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Devuélveme Mis Lápices
Historia CortaÉl solo queria que le prestara un lápiz, pero todos saben que cuando prestas un lápiz nunca te lo devuelven. ¿Que dijo él? -Entonces... Regalame un lápiz. No tuve problema la primera vez, pero luego pidio otro, otro, otro y otro... El problema es qu...