Cap 30

773 101 25
                                    

-Te llevo a casa-pregunta México cuando salimos de nuestro castigo.

-Seguro.

-Aunque...¿No te gustaría ir a comer un helado?-me sonrojo por su pregunta. ¿Esto puede considerarse una segunda cita?

-Lo siento, no tengo dinero ahora mismo.

-Señora lápiz, yo te estoy invitando-me sonríe.

-Bueno si invitas tú, esta bien.

Subimos a su auto y buscamos la heladería mas cercana. Tengo que admitir que cuando México menciono para ir a comer un helado, me imaginé con un cono de chocolate. Estaciona frente a la heladería y baja rápidamente del auto para abrirme la puerta, me toma la mano para ayudarme a salir y le agradesco. Entrelazamos nuestros dedos al igual que lo hicimos hace algunos días, caminamos hacia la puerta del local, entramos y México pide nuestra orden.

-Un cono de chocolate y otro de vainilla por favor.

Lo miro fijamente, él nota mi mirada asi que voltea a verme.
-¿Que pasa? ¿No acerté?-pregunta.

-¿Como sabes que me gusta el chocolate?

-Me lo dijo un pajarito.

-Que yo sepa, los pájaros no hablan-ruedo mis ojos y él me extiende mi cono de helado.

-Tu hermano es un buen informante.

Ah así que Bolivia le dijo.

-Bolivia es un chismoso.

-No lo es. Me está ayudando contigo, así que eso lo convierte en buena persona.

Mierda...

Buscamos una mesa libre y nos sentamos. Disfrutamos en silencio nuestro helado o al menos yo lo hago. Ya que el baboso de México se trago el suyo. Me mira fijamente y toma mi mano.

-Perú...

-¿Sí?-le doy la última mordida al cono de galleta. Siento que México está tenso.

-Me gustas.

Empiezo a toser.

Si, señores y señoras. ME ESTOY AHOGANDO CON UN PEDAZO DE GALLETA.

Devuélveme Mis LápicesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora