Capítulo 7: Plan

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Esa noche, Langa no pudo dormir. ¿Cómo podría? Después de todo se había propuesto ayudar a Reki a reconciliarse con ese tal Shinichiro. A todo esto, ¿Quién era ese tipo? Sabía que le había enseñado a Reki a patinar porque él mismo se lo había dicho, pero a parte de eso no sabía nada de él. 

Claro, y si no sabía nada de él, entonces no debería hacer que Reki volviera a ser amigo de una persona desconocida... Langa suspiró, ese tipo de pensamientos egoístas lo estaban matando. Tal vez porque no quería que su mejor amigo tuviera otro mejor amigo que no fuera él, pero a fin de cuentas, no podía hacer nada para evitarlo. ¿Era demasiado egoísta querer tener a Reki solo para él?

Langa nunca había tenido otro amigo además de Reki y por eso se sentía tan sobreprotector cuando se trataba de él, desde darle la respuestas en los exámenes de la escuela, hasta cuidar que no se lastimara cuando patinaban. Por eso no quería que Reki resultara herido por ese tal Shinichiro, y a eso no se le podría llamar egoísmo... ¿o si? 

A la mañana siguiente, Langa le prestó suma atención al chico nuevo. Era casi de la misma estatura que Reki, delgado y con el cabello largo, tanto que le cubría los ojos. Apenas y hablaba más que para responder las preguntas de los profesores, además de que tenía el mal hábito de morder los lápices. Langa se sentía como un acosador prestándole tanta atención a los movimientos del chico. Por Dios, nunca había hecho algo como eso. Y lo peor era que no era el único porque Reki tampoco dejaba de ver a Shinichiro. Era una situación tan incómoda... 

Shinichiro por su parte se sentía extraño, entendía que Reki lo estuviera viendo ¿pero qué diablos le pasaba al chico de cabello celeste? ¿Acaso lo conocía de algún lado? No lo recordaba, así que intentó ignorarlos a ambos lo mejor que pudo, porque lo que menos quería era hablar con Reki de nuevo. 

Al final, Langa no pudo descubrir nada del chico nuevo solo con mirarlo por tres días seguidos y tuvo que recurrir a medidas desesperadas... Adam. 

-¿Dices que quieres que Tadashi investigue a un niño de preparatoria por simples celos?- le dice Adam sin poder creérselo. Nunca creyó que Langa lo llamaría a su celular personal por una tontería como esa. Mejor dicho, nunca pensó que Langa lo llamaría para algo.

-No son... no son celos- responde Langa casi susurrando, se siente demasiado avergonzado como para hablar en voz alta. 

-Mira, ni siquiera te caigo bien y me estas pidiendo un favor de este tipo... por cierto, ¿Quién te dio mi numero? 

-Miya.

-Ese mocoso...

-Adam, de verdad, te lo compensaré. Compitamos hoy a cambio de la información de este chico ¿quieres? 

-¡Cómo podría negarme a hacerte un favor si me lo pides de esta manera mi querido Snow!- empezó a decir Adam al teléfono con tanta emoción que Langa tuvo que alejar su oído del aparato ante tanto escándalo. Por eso precisamente no quería pedirle su ayuda, pero estaba tan desesperado que era capaz de hacer cualquier tipo de locura por un poco de información.

-Bien, entonces te veo después. 

-¡Claro que sí! Es una cita...

Langa simplemente cortó la llamada y soltó un largo suspiro. Esperaba que todo esto valiera la pena. Detestaba tratar con Adam, era capaz de tolerarlo un poco, pero su paciencia tenia limites. 

-¿Entonces? ¿Conseguiste lo que querías de Adam?- le pregunto Miya mientras practicaban en el parque. Reki se había quedado tarde en la escuela porque estaba castigado por haberse quedado dormido en clase... otra vez, así que Miya se unió a Langa para pasar el rato. 

-Espero que sí.

-Tranquilo, puede que Adam sea un idiota, pero es un hombre de palabra.-Miya comenzó a zigzaguear con su patineta por el cemento del lugar mientras Langa se deslizaba rápidamente por las rampas.  

-Oye, ¿y no sería más fácil preguntarle a Reki directamente? 

-No- le contestó Langa secamente. 

-Bien, haz lo que quieras- respondió Miya a la defensiva. Últimamente Langa estaba demasiado susceptible. 

-Es que... no quiero que Reki me hable de él. 

-Si te desagrada tanto ¿por qué quieres que se reconcilien esos dos?- le pregunta Miya confundido. Vaya que Langa era era extraño. 

-Quiero que Reki sea feliz, eso es todo. 

Miya permaneció en silencio unos segundos y luego sonrió  porque le alegraba saber que ellos eran sus amigos y lo apoyarían a él de la misma forma en la que Langa estaba apoyando a Reki en ese momento. Le alegraba haberse encontrado con las personas correctas para entablar una amistad. Además de que apoyaría a Langa en todo lo que pudiera, porque Miya también quería que Reki fuera feliz.

-Habrá que esperar entonces...

-Sí... 



Es Imposible OlvidarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora