Capítulo 16: Al fin...

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Al escuchar por primera vez el plan de Reki, Langa tenía una mejor idea: dejar a Shinichiro ahogarse en silencio , y seguir manteniendo a Reki para sí mismo, pero claro que decirlo en voz alta sonaba demasiado cruel, así que se limitó a sonreír y a seguir el plan al pie de la letra. 

Primero se ofreció a las integrantes del club de arte como modelo y ellas accedieron sin pensarlo dos veces, así que las llevó al jardín de la escuela. Al verse solo, Shinichiro no tendría más opción que irse a casa, y allí es cuando Reki aprovecharía para confrontarlo. Era el plan perfecto... y aun así, parecía que el corazón y el estómago de Langa se estaban encogiendo hasta el punto de convertirse en una pasa arrugada de nervios y de melancolía. Antes le parecía ilógico sentirse celoso, he incluso se burlaba indiscriminadamente cuando en las películas románticas que veía su madre alguien entraba en medio de la boda para robarse a la novia. Pero ahora no le parecía tan descabellado. ¿Sería demasiado cruel interferir con el plan y que en realidad no se encontraran?

-¿Estas bien?- le pregunta una de las chicas que está a su alrededor dibujándolo tranquilamente mientras las demás integrantes del club no dejan de hablar entre ellas soltando de vez en cuando risitas nerviosas sin tocar si quiera su lienzo de dibujo. 

-¿Tú si estas dibujándome?- le pregunta Langa ligeramente sorprendido aunque fastidiado al mismo tiempo. Estaba perdiendo el tiempo con ellas mientras que su Reki estaba con alguien más.



Alto. 



¿Acababa de decir su Reki?



¿Acaso había dicho que Reki era suyo?


Finalmente había perdido el ultimo tornillo que le quedaba. Adiós cordura. 


-Claro- le responde la muchacha sonriente mostrándole su boceto orgullosamente- Para eso estamos aquí, para dibujarte. 

-Creo que solo tú estas aquí para eso- le dice Langa señalando a sus compañeras que cuchicheaban entre ellas sin prestarle la menor atención al vacío lienzo frente a ellas

-Ignóralas, nunca habían estado cerca de un chico tan guapo antes. 

La chica se mordió la lengua y bajó su vista sumamente avergonzada de sus palabras. Pero se relajo un poco al escuchar la risita que Langa intentaba disimular sin lograrlo del todo. 

-No puedo creer que yo te parezca guapo cuando hay otros chicos mucho mejores. 

-¿Cómo quien?- le pregunta ella superando su timidez inicial, aunque con un enorme nudo en la garganta por los nervios.

-Reki Kyan- admite Langa en voz baja. 

-¿El pelirrojo?- le dice ella algo extrañada ante tan repentina revelación.

Langa asiente con la cabeza y tímidamente le muestra una sonrisa que derretiría a cualquiera, la chica se sonroja y muy a su pesar le devuelve una sonrisa torpe, pero sincera. 

-Tú... tú eres mejor- admite ella con un hilo de voz. 

-Lo dices porque no lo conoces a él- le dice Langa sin dejar de sonreír pensando en Reki. 

La chica intenta rebatir su argumento y antes de darse cuenta, ambos comenzaron a discutir entre risas como si fueran amigos de toda la vida y ella le sonríe tan ampliamente que Langa siente como su corazón da un vuelco. Esto es... este sentimiento es...

Las otras chicas del club no parecen estar muy contentas con su interacción y se acercan sin ningún tipo de educación a interrumpirlos. 

-Langa, intenta esta pose. 

-Muévete un poco a la derecha. 

-Aquí hay más luz. 

-Langa...

-Langa...

La chica que había tomado en serio su retrato suelta una amarga risa entre dientes y sacude la cabeza antes de levantarse, ocasionando que una de sus "compañeras" la empuje ligeramente ocupando su lugar en menos de un segundo. Y de repente, todas olvidan lo que es el espacio personal porque comienzan a tocar indiscriminadamente los brazos, torso y rostro de Langa haciéndolo sentir incómodo. Quería huir de ese lugar lo más pronto posible.

Langa comienza a enterrarse las uñas dentro de sus palmas en un intento por mantener la calma. Su ansiedad se acrecienta al ver que las chicas no se detienen y hasta llega a sentir un poco de miedo cuando una de ellas intenta acercarse más de lo debido a sus muslos. Y es en ese momento cuando un murmullo de chicos a lo lejos las distrae a todas. Las voces masculinas se acrecientan poco a poco hasta que todas son capaces de reconocerlas con claridad: el equipo de básquetbol. Y entonces Langa pasa a estar en segundo plano mientras las chicas se arreglan el cabello, se sientan en el suelo y en las bancas de madera cruzando las piernas en un intento de parecer atractivas mientras ven de reojo a los deportistas. 

Cuando Langa siente una mano rozándole el brazo, da un brinco del susto hasta el punto de casi gritar por ayuda. Por suerte se trataba de la agradable chica  de antes, la que no intentó acosarlo ni comérselo con la mirada. Ella se inclina levemente a su oído sin ser grosera para susurrarle algo. El chico escucha con atención viendo de reojo a su alrededor. 

-Si quieres huir de aquí, esta es tu oportunidad. 

Sin dudarlo dos veces, Langa asiente y se levanta lentamente tomándola de la mano y escapando del lugar a toda velocidad. Está tan concentrado en su propio pánico de ser descubierto por las otras chicas que no se da cuenta de que ha entrelazado sus dedos con los de una desconocida. Y ella no puede hacer nada más que sonrojarse y dejarse llevar. Por que siendo sinceros, con alguien como Langa, ¿Quién no lo haría? 

.

.

.

Reki estaba nervioso. No dejaba de ver a un lado y  al otro de la calle vacía esperando con ansias que Shin apareciera. Estaba considerando seriamente abalanzarse sobre él. 

¿Podrían arrestarlo por saltar sobre alguien a mitad de la calle? No estaba seguro, pero valía la pena correr el riesgo. Su paciencia comenzaba a agotarse. 

Diez minutos. 

Quince.

Veinte. 

Veinticinco. 

Treinta. 

En este punto, Reki comenzó a morderse las uñas. ¿Y qué tal si Shin tomaba otro camino para volver a casa ese día? No lo había pensado. Y cuando comenzó a sentirse como un idiota,  lo vio. 

Justo al final de la calle, allí estaba Shin. Su Shinichiro. Estaba jadeando. Parecía haber corrido una larga distancia y estaba buscando algo. Sus ojos se movían nerviosamente entre los negocios cercanos y entre las personas que caminaban por el lugar. Parecía cansado. Y Reki sintió el impulso de correr hasta su amigo hasta estrellarse contra él. Y así lo hizo. 

Cuando Shinichiro sintió el peso de alguien más contra su cuerpo ya era demasiado tarde porque la gravedad ya los había arrastrado hasta el pavimento. Lo primero que sintió fue el agudo dolor en la espalda y un par de cortes en su brazo derecho, una piedra seguramente lo había lastimado, y luego sintió la presión en el pecho. Le costaba respirar y era porque Reki estaba aferrado a su camisa. 

-Reki...- le susurra Shin y finalmente deja que sus sentimientos lo consuman. Llorando desconsoladamente. Lo había extrañado tanto...

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Prometo terminar la historia en estos días. Ya solo queda un capitulo... Lamento la tardanza  ( T - T ) 

Es Imposible OlvidarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora