9. Deeptrhoat

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La lengua de Xiao Xingchen hacia magia. Era demasiado bueno con ella, especialmente cuando recitaba poemas o leía cuentos. O intentaba hablar otro idioma además del nativo.

Era un buen orador, su fluidez era genial y eso fue lo que llamó la atención de Xue Yang.

Estuvo observándolo por varias horas, mirándolo ir de aquí a allá en toda la facultad. Justo cuando estuvo por dejar el aula se animó a hablarle.

–Profesor – Xiao Xingchen casi brinco por el susto, no lo había visto ahí.

–Oh, no te había visto – contestó divertido. Se tomó un segundo para ver a aquel hombre en el asiento. No tenía pinta de ser un estudiante, y algo dentro de él quiso que así fuera. Era demasiado atractivo.

–Lo supuse cuando guardó todo sin decirme nada – bromeó.

–¿Necesitas algo? – preguntó mientras dejaba su portafolio en el suelo.

–Su atención – comentó en un tono más serio. Casi se rió cuando vio la cara de confusión del profesor – No se asuste, solo quedé fascinado al escuchar cómo se desenvolvió en su clase, quisiera ser como usted – explicó sonriente.

–¿Es el profesor nuevo?– Yang asintió suavemente – Lo siento, no me avisaron que vendría hoy – caminó hasta estar a un par de pasos de él – Xiao Xingchen, para servirle – hizo una reverencia como saludo.

–Xue Yang – se levantó e hizo lo mismo. Comprobó que su teoría era cierta: aquel profesor era más alto que él, y seguramente mayor que él – Me siento muy atraído por usted y mi contrato aún no comienza así que ¿Podemos aprovechar el vacío legal y podría follarmelo justo aquí?

Xiao Xingchen sintió que su rostro ardía. Estaba seguro de que sus mejillas se habrían coloreado de algún tono rojizo. No supo si fue el atrevimiento, la sinceridad o el hecho de que también se sentía atraído por el profesor, pero su cuerpo reaccionó así.

Sí, no lo había visto en los últimos minutos, pero toda su clase no dejó de mirarlo. Fingió hacerlo, contestó preguntas, leyó y miró a la mayor parte de los alumnos; aún con ello su atención se centró en el hombre que no dejaba de mirarle también.

Tragó saliva sin saber qué decir ¿Iba a follar con alguien en un salón de clases grande? Una parte de él quería hacerlo. Mordió su labio inconscientemente.

Xue Yang se acercó un poco más y lo tomó por la cintura. Xingchen no se negó, solo se puso rígido.

–Podemos conocernos después – murmuró captando toda su atención.

Bueno, si eso salía mal, sería incómodo. Sin embargo, si la experiencia terminaba bien...

Las manos en su cintura se sintieron ajustadas, buscaban clavarse en su piel al parecer. Entonces solo pudo decir:

–Aquí no – contestó con la voz aguda. Pudo apreciar la sonrisa traviesa del otro ¿Realmente era la primera vez que hablaban? ¿Lo había conocido en otro lugar?

No, ninguna de ellas.

¿Entonces porqué el beso que le robó sabía tan bien? Se sentía familiar. O tal vez era simplemente que nunca lo habían besado así.

Enroscó una de sus manos en el cuello de su futuro compañero y abrió la boca para dejar que la lengua ajena se enredara con la suya. Su cuerpo fue conducido entre las gradas en pasos lentos, entre besos.

–Podemos ir a – Xingchen intentó hablar pero fue interrumpido por los labios tan apetecibles.

Podían encontrarlos aunque ese salón se usaba hasta una hora después. Su plan era ir a su oficina y hacer lo que quisieran, pero decidió cambiarlo. Llevó sus manos al pantalón de Xue Yang para desabrocharlo. Bajó el cierre sintiéndose cada vez más atrevido.

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