18. Para no morir solo

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— ¿Es algo malo?

— Es algo que quiero contarte, pero es... no sé cómo decirlo— habla Jimin dubitativo

Yoongi espera calmado y en silencio a que Jimin comience a hablar, sabiendo que este no era momento para algún comentario sarcástico o broma, notaba el nerviosismo de Jimin, notaba que era difícil para él, así que tomó sus manos sobre la mesa, ganó su atención y le sonrió.

— Está bien, sea lo que sea...

Jimin lo mira con los ojos ligeramente cristalizados, desde ya está odiando sea lo que sea que Jimin vaya a contarle, no eran ojos cristalizados por felicidad o emoción, era pura y fría tristeza.

La madre de Jimin cultivaba rosas en el jardín de su casa, pero las rosas nunca le gustaron demasiado a Jimin. Y como uno de sus deberes en casa desde muy pequeño era ayudar a mantener el jardín, le pidió a su madre que comprara semillas de alguna otra flor, ella compró semillas de gerberas, el nombre sonaba horrible, pero al ir brotando estas peculiares flores con pétalos largos y delgados lo encantaron.

Pero su madre le dejó en claro que él tendría que encargarse de esas flores por su cuenta, Jimin no tuvo problemas con eso.

— El ajo lo arruinó— comentó su padre— ¿me escuchaste Haeun?

— Si, no lo usaré la próxima vez— responde la madre de Jimin nada más con una sonrisa tan vacía que Jimin notó aquello desde que era un niño

— Jimin— le habló su padre — como vas a cumplir 10 en pocas semanas, quiero que comiences a asistir al club de deportes que dirige Muyeol

Jimin asiente nada más y continúa comiendo. Su hermano mayor, quien casi siempre se mantiene en silencio, aquella vez habló.

— Mejor que no, es aburrido, nadie que haya salido de ahí alguna vez ha logrado algo interesante

— El deporte no es solo para ganar dinero, si no también para mantener la salud

— ¿Y porque no lo haces? — pregunta su hermano a su padre

El hombre no responde, tan solo cambia la conversación.

Jimin no puede recordar alguna vez en la que su padre comenzara alguna discusión con su hermano, era su hermano quien siempre buscaba discutir, él parecía enojado todo el tiempo, y solía ignorar a Jimin, se sentía como vivir con un desconocido, no recordaba que su hermano alguna vez se haya comportado como un hermano, nunca jugaron, nunca conversaron más allá de un "No hagas eso o papá se enojará" y eso para Jimin era normal.

Jimin vivía en una tranquilidad y normalidad hecha de un cristal tan fino que probablemente un copo de nieve sería capaz de romperlo. El copo de nieve nunca llegó, en cambio, fue un huracán.

Como su padre había ordenado, él comenzó a asistir al club de deportes, no era tan malo como esperaba.

Muyeol, a quien conocía con anterioridad, era bastante amable, él era un buen amigo de su padre y muchas veces había ido a cenar a su casa, y fue quizás por eso que Jimin fue elegido rápidamente como titular del equipo de natación y compitió un par de veces contra otros clubes del lugar.

Muyeol a veces acompañaba a algunos niños a sus casas cuando ellos no tenían con quien ir, a los más pequeños o a los omegas.

El padre de Jimin esperaba que él fuera un alfa, aunque tuviera facciones contradictorias, según él mismo, Jimin también deseaba ser un alfa, no quería vivir como su mamá, su madre nunca reía, nunca jugaba, siempre parecía triste, Jimin no quería eso.

Hale Bopp | Yoonmin OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora