31. Promételo tú también

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El corazón de Jimin palpitaba lento y fuerte en el pasillo del hospital.

Justo ahora Yoongi estaba siendo operado.

El alfa había bromeado sobre que estaría tan saludable después de esto, que tendrían sexo sin parar por dos días y Jimin tuvo que contestar recordándole como es que nunca podía seguirle el ritmo durante su celo, el que no tenían coordinados.

Y le sonrió, le sonrió con la mente en blanco, porque no quería transmitir toda la duda y angustia que estaba sintiendo, porque estaba sintiendo que podría morir si no volvía a escuchar a Yoongi.

— Tienes que respirar— le dice su hermano que llegaba con un café— no es una operación larga, pero terminarás desmayándote si no te calmas y regulas tu respiración

Jimin ni siquiera había notado eso.

— Estoy nervioso— dice nada más y toma un poco de café pensando en el aroma tan poco adecuado que este tenía, comparado al aroma a café de Yoongi

— Él va a estar bien— dice con confianza

— ¿Cómo estás tan seguro? — pregunta Jimin un poco molesto incluso por aquel poco interés que su hermano parecía mostrar

— Yo solo lo sé— se encoje de hombros— no lo vas a perder, no vas a perder tu felicidad

— Suena a que soy dependiente de él

— Vivirías bien aún sin él, pero Yoongi te hace feliz, y mereces ser feliz— dice poniendo un brazo sobre los hombros de su hermano menor, intentando darle su apoyo

Los padres de Yoongi también estaban ahí, pero nadie tenía ganas de tener alguna charla banal ahora mismo, todos simplemente esperaban.

Unas pocas horas se sintieron eternas hasta que el doctor salió, tenía una expresión calmada y las palabras que pronunció hicieron a todos tomar una respiración profunda.

Yoongi estaba estable, Yoongi estaba bien, y las piernas de Jimin parecieron debilitarse cuando su cuerpo se destensó, su hermano lo sostuvo para que no cayera, y unos minutos después entró a la habitación donde Yoongi estaba aun inconsciente, pero solo verlo respirar hacía su cuerpo sentirse aliviado y su lobo feliz.

Sus manos estaban tibias, como siempre solían estar, y si no fuera por los cables que estaban conectados en su brazo simplemente estaría descansando.

Ni siquiera parecía dormido, porque al dormir, Yoongi nunca se quedaba quieto, siempre estaba sobre él abrazándolo o haciendo extrañas poses.

Pero no se quedó pensando demasiado en eso, Yoongi estaba bien, y eso era lo que importaba.

Unos meses después, luego de que Yoongi estuviera completamente recuperado y Jimin acabara de graduarse, ellos tuvieron una segunda luna de miel en Japón, fueron a todo lugar turístico que pudieron durante el primer día, y luego no salieron de la habitación en dos días más.

Y justo antes de eso Jimin trajo a flote un tema que apenas habían tocado en el pasado, un tema del que hablaron metafóricamente en dos ocasiones, y cuando uno lo decía, el otro no lo notaba.

Jimin ha dejado de tomar supresores hace mucho, apenas uno en la ocasión que Yoongi llegó tarde en el inicio de su celo.

Lo que dio pie a aquella conversación fue el hecho de que Jimin puso unos condones en la mesa de noche.

Yoongi miró los condones, y luego miró a Jimin, luego a los condones nuevamente, y repitió el proceso varias veces hasta que lo señaló en busca de una respuesta.

Hale Bopp | Yoonmin OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora