Después de pasar por la peor relación de toda su vida, Nayeon jura nunca más volver a caer en las garras del amor. ¡Pero oh, sorpresa! Una preciosa alfa ha puesto sus ojos en ella y no habra ni viento ni mar que la pare, Mina es conocida por su pers...
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Dos semanas habían pasado desde que Nayeon cayó inconsciente en la escuela.
Finalmente el virus había abandonado su cuerpo.
— ¡Rápido Unnie!
Chaeyoung se había tomado en serio la recuperación de su amiga, por lo que había decidido que llevaría a la mayor a la escuela por toda la semana.
Solo para asegurarse.
— Mi jefa me matará.
Dice con un puchero cuando Nayeon finalmente cierra su habitación.
— Tu jefa es tú alfa, estúpida.
— Ah, cierto. En ese caso podemos llegar tarde, adoro cuando se enoja porque me toma y-
— ¡Son Chaeyoung!
La omega menor sonríe tímida y asiente.
El viaje con su amiga es de todo menos aburrido, si la menor no se encuentra cantando (gritando a todo pulmón) alguna canción de sus variadas listas de reproducción, esta contándole anécdotas a Im.
— ¿Sabías que una vez me queme la pierna con el motor de una moto?
Si creía que Mina era alguien insoportable no había palabras para definir a su amiga.
No se lo tomen a mal, pero desde que empezó el viaje Chaeyoung ha contando cinco anécdotas, cada una más ridícula o fuera de lugar que la anterior.
Desde como en un festival que su escuela hizo su mamá bailo con la niña equivocada, dejándola a ella con una desconocida muy agradable o cuando al querer morder un chicle de bola se rompió un diente.
¿Cómo es que esa información le será útil en la vida?
— No Chae, no me lo has contado.
Dice entre dientes, no puede ser grosera con ella cuando lo único que ha hecho es preocuparse y procurarla.
— Bueno, yo era una niña de unos siete años y...
Im Nayeon contaba los segundos para llegar a la escuela.
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Después de una hora de camino la omega finalmente llegó a su destino.
La maldita escuela.
«Te odio papá, ¿por qué no te casaste con una mujer millonaria y que me hiciera tener la vida resuelta desde la cuna?»
