pedidos de luna.

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Son las doce de la noche cuando Nayeon entra a su hogar

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Son las doce de la noche cuando Nayeon entra a su hogar.

Pasa con rapidez al cuarto de su madre solo para avisarle que ya ha llegado, sin embargo, Jessica no es una tonta y nota lo veloz que Nayeon sube las escaleras para ir directo a su cuarto, por lo que apesar del sueño ella toma su bata y sale de su habitación.

Al estar enfrente de la puerta de color rosado toca con calma antes de adentrarse, su corazón haciéndose añicos al ver lo débil que luce su hija.

Acostada en el centro de su cama en forma de ovillo, con las piernas contra el pecho, el cuerpo tembloroso y unos sollozos apenas audibles liberados contra su almohada.

Jessica se sienta a su lado y abre sus brazos, soltando un suspiro de dolor al notar como Nayeon no duda ni por un solo segundo fundirse en el pecho de su madre.

— ¿Qué sucedió mi amor?

Pregunta después de unos minutos donde la menor ya ha comenzado a relajarse, ya no hay sollozos, solo pequeños suspiros temblorosos.

— Pelee con Mina, y-yo dije cosas que no debía y...

Antes de que pueda seguir hablando el llanto llega una vez más a ella al recordar el triste rostro de la alfa cuando dijo que ellas dos no eran nada.

La señora Im asiente acariciando su cabello y espalda simultáneamente.

— ¿Quieres contarme por qué pelaron?

— Ella no dejaba de decir que BangChan estaba enamorado de mí y que el estaba i-intentando alejarnos, pero cuando él llamo ella contesto la llamada y apesar de que dijo que tú estabas bastante preocupada por mí M-Mina solo lo insulto.

Jessica frunce el ceño.

Bueno, es obvio que ella estaba preocupada por su dulce Nayeon, tanto como cualquier padre cuando su hijo comienza a abandonar el nido y empieza a conocer gente nueva, y sale a fiestas, claro está, pero apesar de eso no estaba al borde del colapso como BangChan lo contó.

Algo no está cuadrando aquí.

¿Mina insultando a alguien? ¡Por Dios! ¡La alfa trababa con tanta amabilidad a todos! Cómo aquella vez que una abeja se metió al cuarto de Kazuma y con una voz muy dulce y con paciencia logro sacarla para liberarla en unas flores cercanas.

Aunque ella no conoce a Mina al cien porciento, pero está casi segura que la alfa nunca ha insultado a alguien en toda su vida.

Sus pensamientos son interrumpidos por el aliento de tequila de su hija sobre su cuello.

— Bueno, cielo, BangChan es muy-

— ¡No! ¡No permito que lo digas o te pongas de su lado! ¡No ahora!

Nayeon abandona momentáneamente su lugar cálido para hablar, con el dedo apuntando a su madre y con el tono de voz de un niño al cuál se le ha arrebatado su juguete favorito.

goma de mascar.  ;  m. nDonde viven las historias. Descúbrelo ahora