no hay finales felices.

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Nayeon solía ver la relación que tenían sus padres, se sentaba en las escaleras lo más oculta posible para que no le regañaran y se quedaba ahí

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Nayeon solía ver la relación que tenían sus padres, se sentaba en las escaleras lo más oculta posible para que no le regañaran y se quedaba ahí.

Sus padres al inicio eran una pareja divina, cualquier omega sentía envidia por aquel alfa atractivo y trabajador, lo mismo para los alfas con Jessica quien siempre había contado con un rostro lindo y una personalidad pacifista que derretía todos los corazones. Pasaban las tardes haciendo actividades en familia, su madre cocinaba y su padre ayudaba en el proceso. Recuerda las burlas inocentes que Nayeon le hacía a él por su carencia de talento en la cocina, las risas de su madre y cómo él fingía ponerse triste.

Pronto él fue ascendido, ocupando ahora el puesto de gerente de ventas en una empresa común y corriente. Fue la mejor época qué tuvieron, todo estaba bien, eran felices, exitosos y llenos de salud. Hasta que pronto el jefe de su padre le pidió ayuda, invertir en la empresa que últimamente se encontraba dando malos frutos. Y él lo hizo, todo su patrimonio lo apostó en aquella jugada y perdió.

Su superior escapo con el dinero que cientos de empleados habían brindado ciegamente, dejando la empresa en quiebra y a sus trabajadores sin nada. Eso fue lo que quebró a su padre, pasando de ser el líder de la familia y el principal sustento económico a depender del corto salario de su esposa. Lo rompió, la mayoría de sus amigos se burlaron de él por dejarse mantener y se alejaron. Y con nada atandolo (como decía él) solo hubo algo que le pudo hacer compañía y ayudarlo con su tristeza, el alcohol.

Comenzó con un par de vasos de soju, después unas botellas y luego eran demasiadas para contarás.

Lo recuerda, su madre de rodillas con el llanto desbordandose por sus mejillas rogándole que la apoyara, que fuera aquel hombre que tanto amaba.

El la miraba y con una sonrisa burlona abría otra botella.

Lo recuerda, las palabras hirientes, los gritos, los reclamos y por supuesto, los golpes ocasionales que dolían horrorosamente.

Y creyó que cuando él había huido del país también lo había hecho de sus vidas.

Nunca creyó volverlo a ver, demasiado enfocada en su vida propia y en su burbuja de felicidad.

Nayeon termino su día escolar como siempre, pero por desgracia había olvidado recargar dinero en su tarjeta para el transporte público que se había acostumbrado a usar desde su distanciamiento con Mina...

Mina, tanto tiempo había pasado desde la última vez que dijo aquel nombre con una sonrisa tonta ocupando espacio en su cara.

¿Cómo estará? ¿Comería bien o volvería a recaer en su pequeña adicción a los dulces ácidos? ¿Le iría bien en sus entrenamientos? La tan esperada final estaba cerca, para Mina significaría el mundo irse habiendo dejado un campeonato para su equipo. ¿A quién le estaría dedicando sus goles? Definitivamente ya no a ella.

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⏰ Última actualización: Oct 08, 2023 ⏰

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