Capítulo 0;07

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“¿Ranpo?” llamó la voz de Dazai, quién entraba con una bandeja de comida al cuarto. “Kunikida-kun me encargó vigilar que comieras bien, así que te traje esto.”

“Aún no me puedo acostumbrar a tu lado responsable. Te prefería como un vago.” Ranpo rió fastidiando aún más a Dazai.

“Sí, pero no puedo hacer nada con esta maldición que me puso él.” volvió a su actitud calma encogiéndose de hombros al no saber qué otra respuestas dar. “La vida sin él ha sido difícil, encima me dejó su regalo de despedida. Ese maldito...”

Ranpo se llenó de nostalgia, aquellos días en lo que Dazai flirteaba con cualquier chica solo para irritar a su pareja, o lo bien que se llevaba con él. Pero todo se tiñó de negro en sus vidas dejando a Dazai sin su característica vitalidad. Ya casi no reía, no coqueteaba con cualquiera que se le cruzara, y ya no parecía ser feliz, otra vez.

“¿Ranpo-kun?” llamó Edgar, por un momento había olvidado que estaba ahí, abrazándolo. O lo que fuera que los fantasmas hicieran. “¿Estás bien?”

“Yo–” Ranpo habló, mas fue interrumpido por Dazai.

Poe se separó de Ranpo al verse metido en la curiosidad que la plática le había provocado.

“Por favor Ranpo, no te compadezcas, sabes que odio esas cosas” soltó el castaño pensando que esas palabras estarían dirigidas para él. Pues no había nadie más en esa habitación. “Él hizo lo que hizo por una razón.”

“Ojalá supiera cuál es.” lo miró serio, usurpando en la mente de Dazai sin su permiso. “Es lo que estás pensando, ¿verdad?”

“¿Lo sabes todo?” preguntó Dazai sonriendo con frustración por verse tan fácil de leer.

“Algunas veces.” respondió Ranpo, volteando a la bandeja que había quedado sobre la cama. “¿Esto es para mí?” Dazai asintió. “¡Pero es toda comida salada!”

“Hey, hey, no me digas a mí. Primero que nada esto es un restaurante de lujo, no iban a servir cualquier chatarra que comes siempre.” se justificó con tal excusa y cara de lamento falsa por su amigo. “Y además, Kunikida dijo que debías comer bien, ordenes del jefe, blah blah”

Ambos se miraron y rieron.

“Supongo que le daré la mitad a Karl.” dijo llamando con una mano al animal, quien subió de inmediato al notar el delicioso aroma a comida profesional, de la que no había probado un bocado en mucho tiempo. “Parece algo familiarizado con esto. ¿Edgar era millonario o algo?”

“¿Quién?” preguntó Dazai, no escuchando bien las últimas palabras de su amigo.

“Es que me parece que este animal ya sabe lo que es la comida de calidad.”

“Seguro tuvo dueño antes.” dijo Dazai posando su mano derecha bajo su mentón.

“Sí, pero eso ya lo sabía. ” afirmó sin ningún tono de malicia. Después se levantó antes de que Dazai dijera otra cosa y lo echó a rastras da la habitación pidiéndole que cuidara a Atsushi. “Y me debes una explicación.”

Edgar, al ser el único que irónicamente quedaba en el lugar, se volteó confuso a verle.

“¿Yo?” puso su dedo índice señalando su pecho. “¿De qué?”

“Bueno, ya sé que no recuerdas nada de tu vida aquí en la tierra, pero cuando lo descubra me deberás una explicación.” aclaró con un puchero y sus brazos cruzados. Su intención era verse serio, como estaba hablando, pero Edgar no podía dejar de verlo como a un niño pequeño al que deberían cuidar. “Supongo que eras alguna clase de millonario.”

“¿Tú crees?” Poe paseando por la habitación, se encontró un espejo. Curioso se miró en el reflejo de este, por alguna razón sentía un poco de disgusto al ver su atuendo, pues aunque era cómodo, claro si un fantasma conocía la comodidad, le era algo elegante para eso. “¿Alguien como yo?”

“¿Cómo preguntas si alguien como tú?” Edogawa abrió sus ojos examinandolo de arriba a bajo, no sabiendo bien a lo que se refería. “A mí me pareces bastante bien. Atractivo hasta podría decir.”

«¿Atractivo?» se preguntó Poe, pues no pensaba que alguien con el fleco cubriéndole medio rostro, pudiera parecer "atractivo".

“¿Qué dices?” Poe se avergonzó a tal grado que no pudo esconderlo.

“Bueno, si algún día me dejas ver tus ojos lo afirmaré con la cabeza en alto, mientras tanto, solo eres atractivo.” regañó sacando su lengua como muestra de infantilismo presente en la conversación. No quería verse tan serio.

Poe sólo ocultaba su rostro en sus manos por la vergüenza de tantos halagos, siendo esta la primera vez, que recuerde, que alguien le dijo un cumplido.

“De todos modos, quiero saber si eres millonario.” repitió una vez más. “Repasemos las cosas.”

“¿Ranpo-kun? ¿Por qué quieres saber?” preguntó dejando la pena a un lado, viéndose intrigado nuevamente por las acciones del detective.

“Cualquier cosa sobre ti puede ser una pista sobre el caso.” habló, sin embargo, no dio tiempo para que Poe respondiera cuando sacó sus lentes de marco negro de quién sabe dónde.

Poe por un momento se sintió decepcionado, claro estaba que Ranpo sólo vino hasta acá para resolver el caso, pero pensaba que las cosas que quería saber de él iban más allá del caso, de todo este asunto, pensaba que podría haber hecho un amigo.

Si claro, como si alguien quisiera ser amigo de un fantasma.

“No entiendo...” susurró leve Ranpo, provocando la ruptura de los pensamientos de Poe. “Siento que algo me falta. Cuando pienso que ya lo tengo todo... la deducción se desmorona por alguna razón.”

“¿Quizá te pueda ayudar?” preguntó Poe, algo ansioso por que no le dijeran una negativa como respuesta. “Si me cuentas las cosas, sería más fácil ayudarte a rellenar los huecos del caso.”

Ranpo alzó una ceja.

Realmente era una idea tentadora, recibir ayuda de la misma víctima era un método que jamás había usado, aunque dañara su orgullo por completo, estaba dispuesto y decidido a probarle a esa mujer que no era un niño, para nada.

“De acuerdo.” refunfuñó. “Pensándolo mejor, esto es una oportunidad única.” sus ojos se entrecerraron con un toque juguetón. “Bien Poe-kun, quítate la ropa.”

| Deducciones Muertas | RanpoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora