Pasando por el lobby, el chico de hebras azabaches corría como si su vida dependiera de ello. Porque tal vez, su estabilidad mental dependía muy bien de qué tan lejos podía llegar sin que sus amigos lo alcancen.
Correr asustado por una pelea verbal era lo más infantil que en su vida había hecho, pero lo consideraba necesario.
“¡Ranpo-san!” exclamó Atsushi con sorpresa y alerta por fuere lo que fuere la razón de que Ranpo estuviese corriendo dentro del hotel, con una cara desubicada y llamando la atención de más de uno.
Ranpo no se detuvo a pesar de eso, confundiendo más a su menor. Se disculparía por ello más tarde.
Un sonido fuerte lo hizo mirar atrás por un par de segundos.
Fue justamente el chico castaño, que había chocado con un maletero debido a que salió apurado de las escaleras.
“¡Atsushi-kun!” gritó fuerte y demandante Dazai. “¡Detén a Ranpo!” ordenó y el mencionado se maldijo.
Si Atsushi debía escoger entre obedecer a Dazai u obedecer a Ranpo, elegiría con creces a Dazai. Tal vez siendo porque fue el principal hombre que le dio una segunda oportunidad de vida.
Y así como lo predijo, Atsushi corrió atrás de él, pero frente a Dazai.
Para su mala fortuna, el albino era el más rápido de toda la Agencia, presumiendo que con sus pies y sin siquiera usar una bicicleta, podía rebasar un autobús; pero se ponía en desventaja si de intelecto se hablaba. En ese caso, Ranpo sería el vencedor.
Dando vueltas y vueltas en varias esquinas, logró perder a Atsushi y con él, a Dazai. El único que aparentemente logró seguirle el laberinto mental que se creó, fue Karl.
“¿Tú también me vas a acusar por haberte hecho cansarte?” lo tomó en brazos al ver que el animalito ya no podía correr más, y que a parte se encontraba mareado de tanta vuelta. Pero Ranpo estaba igual, así que se sentó en una banca que encontró por ahí.
No estaba en un parque, pero tampoco era una zona céntrica. No circulaban muchas personas y había momentos donde bien se quedaba sola la cosa, pero tenía a Karl, y eso era perfecto para él. Por eso corrió en primer lugar, para estar lejos de todos.
Se largó pensando un extenso rato, donde incluso Karl se había alejado ya de él para ir a perseguir a unas palomas que parecían estarlo provocando. No se dio cuenta de que no sabía cómo volver al hotel, hasta que un señor se le iba acercando lentamente, como quien disfruta de su paseo.
“Disculpa” le fue dicho en cuanto el hombre se terminó de acercar por completo. “¿Tienes un encendedor para prender mi cigarro?”
Ranpo no sabía inglés, razón número uno por la que había llevado a Dazai a ese viaje recordándolo mejor.
“Mnh, este... no entiendo qué dice.” habló a sabiendas de que posiblemente no le podía entender. Pero contra todo su poder deductivo, el hombre le volvió a preguntar, esta vez en un japonés no tan fluido:
“Perdona. ¿Tienes un encendedor?” y le señaló más de cerca el cigarro.
De repente, todas las alarmas de supervivencia fueron encendidas dentro de la cabeza de Ranpo, avisándole que nuevo peligro se aproximaba.
“No fumo.” se limitó a responder, porque con su mano libre fuera del campo de visión del hombre, llamó a Karl, quien al verlo, se acercó. No tan rápido. No tan lento. Pero para Ranpo fue un martirio.
“Una lástima.” dijo el hombre.
Y era un hombre tan sospechoso.
Primero que nada, su cigarro estaba consumido, así que eso no debía suponer nada bueno. Segundo, no había una sola alma alrededor además de ellos y Karl.
Tercero, no dejaba su semblante risueño. Uno que se asemeja al de alguien que ha encontrado algo que ha buscado, por años.
“Si, una lástima.” y se levantó, estaba loco si creía que se quedaría ahí por un segundo más.
Y en cuanto su brazo fue detenido por el del señor, sus ojos se abrieron de impacto. Porque no sabía pelear, en todos sus años jamás le fue permitido ir a un caso sin compañía que lo protegiera. Así que si corría peligro tenía a alguien que lo defendiera.
Y comprobó la veracidad de las palabras de Dazai, porque hoy día se encontraba realmente solo. Y una soledad que no notó, no tenía antes. Porque en otro momento alguien lo hubiera defendido, Kunikida y Yosano le hubieran roto el brazo al tipo por siquiera atreverse a tocarlo. Dazai lo hubiera dañado psicológicamente, como mínimo. Atsushi, aunque tal vez nervioso, lo hubiera defendido a como diera lugar. Los hermanos Tanizaki, no sabía qué, pero hubieran hecho algo. Kenji, tal vez le hubiera pedido amablemente al sujeto que lo soltara y después lo habría golpeado con la mismísima banca. Fukuzawa ya lo habría mandado al siguiente contiene. Incluso tal vez Poe hubiera podido hacer algo, como asustar al tipo para que lo dejase en paz.
Pero hoy estaba solo él. Y él no pudo hacer nada.
“Ah” habló excitado, mirándole directo a los ojos esmeralda que poseía. “, qué hermosos son tus ojos.”
Ranpo intentó soltar el agarre en cuanto el tipo se acercó más y más, pero era débil su condición física; no tanto como la de Dazai, pero mucho menor que la de Kunikida.
No pudo soltar el agarre hasta que su cabeza golpeó una rama de un árbol cercano que no se fijó estaba demasiado bajo.
Y lo siguiente que supo, es que todo era negro.
Karl, quien seguía corriendo la larga distancia que había cruzado una vez, saltó del susto de ver a Ranpo en el piso, inconsciente, para después ser cargado cual costal de papas sobre el hombro del tipo que se le había acercado. Su primer instinto fue intentar socorrer a su, lo que él consideraba, dueño. Pero en cuanto fue pateado lejos por el tipo, decidió correr por la ayuda de Poe. Tal vez él podría hacer algo.
Corrió y siguió corriendo, no sabe qué tanto recorrió ni qué tanto duró, pero no se detuvo hasta dar con los conocidos pies de Poe, quien estaba junto a Dazai, buscando a Ranpo.
“¿Karl?” dijeron los dos al unisono, sin uno siquiera saberlo.
El animalito chilló sonando con un tono de terrible desespero. Era evidente para Dazai, tal vez también para Poe, que el mapache había estado siguiendo a Ranpo cuando se echó a correr lejos del hotel. Y por la actitud del animal, podía ser fácil deducir que algo no estaba bien.
Pero el razonamiento que Dazai intentó mantener se perdió en algún punto de la ciudad cuando observó que Karl chillaba más agudo y con más intensidad en la dirección del espacio vacío que estaba a su izquierda.
“Oh...” lo entendió en seguida. Llamando la atención de Poe, quien sintió su mirada intensa.
Poe no se sobresaltó como lo hubiera hecho, pero no puede mentir sobre el efecto de la mirada del muchacho vivo. Porque era eso el problema, que Dazai estaba vivo y Poe está muerto.
Aún así, la mirada de Dazai alcanzaba a mirar fijamente a Poe. Llámese instinto o suerte, pero él sabía su ubicación.
En una situación como esta, donde más había convivido con Ranpo que con Dazai, en definitiva le preocupaba más el azabache de baja estatura.
Sin necesidad de ser cauteloso, Poe se agachó y Dazai no supo que lo perdió de vista, seguía mirando ese punto fijo con los ojos dubitativos. En la tierra que alimentaba un árbol de decorado cerca de la acera, se formaron las palabras más directas que Poe dirá o habrá dicho en su existencia.
“Tú sabes algo.” se leía, no como pregunta, sino como acusación.
Dazai tragó duro. Pero no supo si era de emoción o desesperación. Un poco de ambos, pudo ser la respuesta.
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| Deducciones Muertas | Ranpoe
FanfictionEdogawa Ranpo es un detective famoso, se podría decir que el mejor. Es un miembro de la Agencia de Detectives, la cual es famosa por resolver un sin fin de casos difíciles, y aunque muchas personas no sepan, dotados de habilidades sobrenaturales. R...