Capítulo 0;08

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Poe no sabía cómo debía reaccionar, es decir, ¿era verdad que Ranpo le pidió que se quitaste la ropa?

Su cara, por obvios motivos no podía sonrojarse, y su corazón no lo sentía latir, pero su alma, su esencia, y todo su ser tembló por pensar en lo que venía.

Estaba claro que Ranpo no tenía alguna de esas cosas pervertidas en mente, se notaba a kilómetros que no era ese tipo de personas. Sin embargo, por motivos que desconocía, su vergüenza subió mil millones de pisos más.

"¿Ranpo-kun?" el chico lo miraba sin entender nada de lo que pasaba por su mente, ajeno a toda preocupación de Poe, solo le hizo un ademán para acatar su orden. Poe no pudo contra él y así lo intentó.

Pero, aunque Poe se convencía de que estaba siendo desvestido bajo su propia mano, Ranpo se extrañó al no ver nada caer, ni siquiera podía ver que las prendas se movieran, ni un milímetro. De inmediato se acordó de esas muñecas de trapo que alguna vez le tocó ver, las que llevaban la ropa cocida al cuerpo, que no podían ser removidas, pues eran una extensión más de su esencia.

Ranpo sintió un escalofrío en su espalda. Y eso llamó la atención de Poe.

"¿Qué sucede?" lo miró extrañado el otro chico.

"Es inútil." miró serio el de cabello azabache, por un momento, en todo ese agradable momento que habían tenido, olvidó que el chico ya no era más parte de este mundo, su alma solo se encontraba vagando por aquí y por allá buscando redención. "Deja de hacer eso, no funcionará."

"¿Creí que querías que...?" Ranpo lo calló sin decir nada, solo dar media vuelta y darle la espalda ahora fue suficiente para que dejase de hablar.

Poe no le tomó mucha importancia, por alguna razón no le importaba que lo hayan callado de manera tan abrupta. Pero en Ranpo residía el sentimiento de fracaso, no solo por el experimento fallido, eso poco o nada le importaba. El sentimiento se debía a que por un momento se dejó llevar por sus impulsos sentimentales, algo que para nada debía hacer en un caso.

Era algo habitual para Ranpo conocer gente nueva y entablar conversación con ellos muy rápido, pero prácticamente nadie fuera de la Agencia le resultaba interesante, es por eso que Edogawa tenía una lista reducida de amigos, la cual se contaba con los dedos de una mano, tal vez dos. Este dato jamás le pareció relevante pues respecto a los sentimientos, él mantenía la cabeza fría para dar soluciones rápidas basadas en deducciones concretas, para no dejarse llevar por impulsos de sentimientos.

Por eso es que le extrañó su comportamiento previo.

Sentir que su pensamiento racional se nublaba por emociones más fuertes era algo que dejó atrás, en esos días cuando aún era más vulnerable al mundo real y todo le afectaba.

No te dejes llevar por tus emociones, sólo saldrás lastimado. Le dijo alguien en su momento.

La peor parte es que le tocó observarlo con sus propios ojos, cómo toda la vida que alguien tiene por delante puede ser arrebatada por innecesarios sentimientos que contradicen el sentido común.

Ranpo se mordía las uñas para dejar de divagar en su pasado y por fin ponerle una solución a dicho problema.

"Ranpo-kun..." llamó Poe desde detrás de él.

"Lamento eso, pero ya ves que no funcionó." la voz de Ranpo se escuchaba decepcionada, como le hubieran dicho que no habría postre después de la comida.

"¿No funcionó, dices?" preguntó algo (bastante) extrañado el castaño. Su mirada bajó hacia su ropa, pues hacía unos momentos podía jurar que se quitó el chaleco de tela fina que traía puesto, y le seguía la camisa blanca que había desabotonado de los primeros dos sujetadores. Pero en su lugar se encontró con su vestimenta intacta.

No había movido un solo hilo de todo el conjunto. Ahora que lo pensaba, ni siquiera sentía la carga de llevar ropa, era como si solo estuviera ahí, la imagen de algún remanente de lo que alguna vez fue él mismo.

La incomodidad en el ambiente fue demasiada, pues el fracaso de un intento de resolver el caso les hizo entristecer.

"Hey, Poe" llamó Ranpo, rompiendo el largo y tortuoso silencio. "¿Quieres hacer un experimento conmigo?"

"Claro, Ranpo-kun." gracias al flequillo que cubría la mitad de su cara, era incapaz de ver sus ojos o la dirección a la que éstos veían, pero estaba seguro al cien por ciento de que toda su atención n estaba en él, en Ranpo. "¿De qué se trata el experimento?"

La sonrisa de Ranpo fue sútil, pero de alguna forma malévola. Sus ojos se abrieron apenas in poco dejándolos arrugados en medio de la sonrisa.

Más tarde, Ranpo, Poe y Karl se encontraban sentados en una banca –o al menos Ranpo y Karl– de un parque unas cuadras lejos de donde se ubicaba el hotel. Ranpo parecía disfrutar de la situación.

"Dime Poe, hay un tren que va a toda velocidad..." habló de la nada, haciendo que la inquietud de Poe acelerara. "éste no puede detenerse y la única manera de lograrlo es con una palanca," Ranpo se detuvo a probar au helado nuevamente. Luego retomó después de un par de segundos. "casualmente, eres tú la persona más cercana a esta palanca y tienes el poder de ayudar a los pasajeros, quienes están a punto de caer por un acantilado. Lo único que debes hacer es activar la palanca y el tren cambiará de vías para después perder impulso. La respuesta puede parecer simple, sería algo como; sólo uso la palanca..." La mirada de Ranpo -que había estado perdida en algún lugar del parque- se encontró con Poe. "Pero si te dijeran que a las vías donde conduce esa palanca está tu ser más querido, ¿la usarías?"

Poe quedó estático en su lugar, después se dirigió a Karl, el cual alzó sus dos patitas delanteras contra los dedos índices del contrario.

"Oh, la usaría." habló sin rodeos. "Creo que el bien mayor es más importante que el bien personal." El más alto jugueteaba aún con las patas de su mascota, esperando alguna segunda señal de vida de Ranpo. Pero nada. Le parecía interesante el hecho de que hablara durante tanto tiempo para luego simplemente callarse. "¿Y tú, Ranpo-kun?" preguntó sin despegar su ojos de su amigo mapache. "¿La usarías?"

"No." respondió breve, ganándose la mirada de Poe, quien sonrió de momento por pensar en la segunda opción.

"¿Salvarías a tu persona más querida?"

"Tampoco." respondió al mismo tiempo que negaba con la cabeza, únicamente para dar más énfasis. "No creo corrector poder jugar el papel de dios y decidir lo que está bien o no." jugaba con sus manos, que por sorpresa no mostraban una sola pista de los restos del helado. "es decir, ¿qué pasaría si las personas que van en el tren son asesinos condenados a muerte o algo así? Pero uno no puede saber eso desde la posición en la que se está. Si eligiera lo que creo correcto podría terminar arruinando el orden natural de las cosas..."

Poe se quedó pensando unos segundos y después se echó a reír con unas fuertes risotadas que –por fortuna o desgracia– solo Ranpo podía escuchar.

Ranpo se quedó un poco aturdido, probablemente habló demás y ahora pensaría que estaba loco, pues realmente sólo tenía que escoger una opción y ya. Así de simple.

"Eso es interesante." dijo cuando terminó de reír y su respiración volvía a la normalidad. "¿Entonces escogerías no hacer nada? ¿Y tu persona más querida?"

Ranpo no se esperaba eso, se esperaría una burla o un quejido de lo pesado que podría haber llegado a ser. Pero que le dijera interesante, no estaba en sus mil planes.

Ranpo sonrió.

"Lo entendería." miró de reojo a Karl, y después a las nubes de la fresca noche que se aproximaba, pensativo. "Eso quiero creer."

Ambos rieron un poco.

Mientras más entraba la noche, más frío hacía para Karl y Ranpo, éste último refunfuñando a la nada para que decidieran volver al hotel donde sus compañeros de trabajo debían preguntarse dónde estaba gracias a su salida –sin avisar– por helado.

"Ranpo-kun, no deberías quejarte. Fue tu idea después de todo." habló el más alto. "A todo esto, ¿qué era ese experimento que ansiabas hacer?"

"¿Quieres saber?" preguntó mirándolo por encima del hombro. Poe asintió dudoso. "es se-cre-to." declaró al final con una risa.

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