Capítulo 0;14

612 111 14
                                    

“No sé a qué te refieres exactamente” respondió Dazai tras un largo y tortuoso silencio. “Si lo dices acerca de que ahora soy consciente de tu existencia, pues no, en realidad no sé mucho y no entiendo nada.” Dazai se sentía raro, la situación no sabía si la estaba soñando o si era real, ¿era esto su imaginación o la vida real? “Si te refieres a dónde está Ranpo, tampoco sé nada.”

Todo se mantuvo inmóvil y en silencio por unos momentos, incluso Dazai pensó que el fantasma ya se había ido y lo dejó hablando solo y con la nada.

“Karl está preocupado por él, ” se leyó. “Eso me preocupa a mí, ya que no es un animal muy miedoso. Ni con perros, ni humanos. Debió suceder algo en verdad malo.” sintió una tortura al verse obligado a aportar una frase tan larga. Escribir en la tierra no es divertido, a menos que seas un niño ocho años o menos.

“¿Ni humanos ni perros?” Dazai se enfocó en esas palabras en específico. Porque el chico tenía razón, no es nada normal que un animal salga corriendo así nada más. “Creo que lo mejor será volver al hotel y, ugh, reportarlo.”

La cara de Dazai atendía la situación ¿Cómo se supone que explique que el detective que vino para resolver un asesinato, ahora está perdido y posiblemente secuestrado?

Si pudiera pedir, desearía no tener que mencionar sobre el secuestro frente al fantasma. No sabe qué relación tienen, y tampoco conoce su personalidad, desconoce mucho, y lo último que quiere es atraer problemas.

Aunque de esos ya tienen bastantes. Sabe que además de buscar a Ranpo, deben buscar a Atsushi quien salió corriendo detrás de su superior por órdenes de Dazai.

Este paso se resolvió sin que tuvieran que mover un solo dedo ni mencionar una sola palabra. A lo lejos pudo escuchar el llamado de Atsushi gritando a su nombre y con una mano alzada para que lo notara.

“Dazai-san, lo siento, no pude encontrar a Ranpo-san.” explicó el albino con angustia en su tono, ya que, al verlo ahí sin hacer nada, dedujo que tal vez no había forma de encontrarlo.

“De hecho surgió otro inconveniente, Atsushi-kun.” explicó Dazai con una sonrisa torcida. “Ranpo se ha perdido. No sabemos dónde está.”

“¿Qué!” gritó estupefacto el niño. “¿En verdad? ¿Qué vamos a hacer, Dazai-san?” Atsushi se veía en las mismas que él, angustiado y un poco perdido.

Fue cuando Poe decidió alzar su dedo para volver a escribir sobre la tierra. 

No está soportando que solo se queden aquí sin hacer nada, incluso si sus acciones asustaban al chico albino, movía su dedo con frenesí sobre la tierra. No quiere perder a Ranpo, porque más que un detective para resolver el caso de su muerte, para él, Edogawa es un amigo.

Y no sabe por qué siendo amigos le duele que esté tan lejos, le duele que esté solo y posiblemente asustado. Quiere abrazarlo, o al menos intentarlo ya que su condición no lo deja.

“Déjame ir a buscarlo.” se leía. “En mi condición nada me hará daño incluso si Ranpo está en peligro. Por favor, déjame ir a mí.”

Las particulas de polvo que germinan un árbol, junto a un dedo solitario incapaz de escribir bien cuando los demás lo retienen, no tiene la firme consistencia de las palabras que salen de boca a oídos, con la finalidad de transmitir emociones.

Para Dazai, son palabras secas. No le importa mucho.

Para Poe, lo son todo. Es una pequeña súplica para ir a buscar lo que ha perdido y lo que se ha aferrado a su corto destino restante, algo que no quiere soltar.

Aunque, bien, para Atsushi quien no conoce la situación, es una señal de alarma grave. Sin previa voluntad de ello, los ojos de su superpoder: un tigre resistente a cualquier daño o peligro; se activan.

Gracias a ellos es fácil ver al hombre que camina de un lado a otro, desesperado por una respuesta a la señal que transmitió desde el suelo. Él grita en desespero por no entender lo que está pasando. Se hace hacia atrás para alejarse del chico a quien vio.

Al parecer, nunca antes había visto un fantasma, ya que ellos no son tan comunes como las almas que acaban de dejar un cuerpo. Y en parte, su tigre, como no es un animal puro sino una habilidad, se debe esforzar mucho para encontrarlos. Dando como resultado que en momentos de tensión, no sea su primera necesidad.

Dazai lo voltea a ver, dubitativo le pregunta qué es lo que le sucede, quiere saber la razón de su comportamiento tan extraño que cambió en un abrir y cerrar de ojos.

“Dazai-san, hay alguien que no estaba aquí antes” dice, y no quiere terminar su relato, pues el mencionado lo voltea a ver y se acerca un poco. “El mapache que siguió a Ranpo no lo suelta para nada.”

Su información vale mucho para Dazai. Ahora entiende por qué el animal sigue a Ranpo y por qué Atsushi es capaz de verlo.

Además de Ranpo, los animales tienen vínculos más fuertes con las almas y espíritus. Así como el caso del mapache y del tigre que lleva su subordinado en el interior.

“De todas formas, estamos perdiendo tiempo.” escribe Poe. No sabe si el chico lo puede escuchar o solo ver, y necesita ahorrarse molestias de repetir palabras. “Si no hacen nada, iré a buscarlo yo.”

Edgar, ¿qué está haciendo él, exactamente?

Él no es así, no es tan brusco a la hora de hablar y comunicarse. No es alguien que se la pasa insultando y apresurando las cosas a diestra y siniestra.

De hecho, ¿cómo es Poe? ¿Siempre ha sido así? No lo sabe. Siente que el tiempo se acaba, pero no sabe para qué. Él ya está muerto de todas formas. El tiempo no es algo que debería preocuparlo.

Deja hablando solos a ambos varones, pues estaba desesperado de que no encontraran a Ranpo, que no estuviera junto a él, que no supiera si estaba bien o a salvo.

Ranpo entró profundo en sus momentos como fantasma que ahora se volvió alguien muy especial. Solo fueron un par de días y pareciera magia lo rápido que todo pasó para ellos.

Edgar se inundaba de recuerdos después de su muerte, desde donde conoció a Ranpo hasta los de hace cinco segundos atrás.

Se preguntó si su sentir se debía a algo que Ranpo hubiera hecho con él mientras convivían. Si su poder tenía algo que ver en su comportamiento reciente o era algo más.

Indagaba en la historia que Ranpo le contó de su pasado. El de ambos. Algo que pudiera ser un detonante para su comportamiento. Pero no había nada detrás de ello, haciéndolo entender que todo dependía de él y de cómo fue en el pasado.

Lo único que tenía en cuenta era que había estado para él, cuando nadie más.

Dazai y Atsushi sí se percataron de su fuga en medio de la charla, pues el mapache se fue corriendo con él en cuanto dio un paso lejos de ellos.

Pero todo fue tan rápido, que les perdieron la vista.

Atsushi intentó usar la nariz del tigre para seguirlo, pero como un fantasma no posee aroma, no pudo hacer mucho.

Entonces, Dazai debía pensar en un plan, dejando una confianza ciega en que el fantasma encontraría a su compañero.

_____________________________________

He regresado después de casi un año. En verdad lamento que haya tardado tanto, no era mi intención, pero la trama se me revolvió y de pronto ya no sabía cómo sacar más del tema antes del siguiente capítulo.

En fin, muchas gracias por leer y votar. Y sobre todo esperar.

| Deducciones Muertas | RanpoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora