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Jimin.

Nana se iba en dos días a Japón. Por fin había tomado la decisión luego de mucho pensarlo y discutirlo junto a Jin y su madre. Sin embargo, y para mi sorpresa también nos había considerado a mí y a Jungkook en cuánto a tomar esa decisión aunque no debiese, después de todo, es su salud, evidentemente nosotros querríamos lo mejor para ella.

Pero a una semana de irse, Nana nos sorprendió a ambos con una videollamada. Estoy seguro de que los tres tuvimos muchos recuerdos en ese momento, desde el momento en el que ellos llegaron a mi vida y de las tantas cosas que hicimos en los escasos años que pudimos compartir. Lo sé, porque antes de que Nana nos dijera su verdadera intención en cuanto a la llamada, estuvimos riendo y recordando como viejos amigos que somos.

Si tan sólo pudiéramos volver el tiempo atrás. 

— Entonces... —Dijo Nana. Kook y yo callamos. El aire se volvió tenso y por su expresión, sabíamos que lo que venía a contarnos le preocupaba.

Lo del viaje a Japón con Jin para estudiar su condición.

El primero que apoyó la decisión fue Jungkook. A mí, ni me tuvo que haber preguntado, nada más con saber que la iban ayudar a sentirse mejor, yo estaba mejor aunque eso implicara separarnos.

¿Qué clase de egoísmo sería ese?

— ¿Están seguros de que es la mejor decisión? Es que... dejar todo y arrastrar a Jin con eso...

Tragué duro. 

— Lo es —Solté tan secamente que los dos me miraron con seriedad. Sé que siempre soy yo el que se queda detrás con ciertas decisiones y que dejo que los demás sigan su camino y me quedo al margen de todo, pero esta vez quería ser lo más honesto y capaz posible.

Quería ayudar a Nana. 

— Tienes que ir, recuperarte y volver a nosotros o sino, nunca serás Nana Shitara otra vez. 

Recordé aquella vez que la encontré en el borde de su cama pareciendo un espectro, como si la muerte empezara a consumirla. O el día que Jin me ayudó a pasar a visitarla en la clínica donde sólo podía ver un cuerpo casi inerte perdido dentro de sí.

Yo amaba a Nana de eso no había la mayor duda, y esta era mi prueba de amor más sencilla y pura posible: Ayudarle a disipar las dudas e inseguridades de un futuro mejor.

— Nuestro enano tiene razón —Kook sonrió con calidez a través de la cámara y el ambiente tenso que se había formado entre los tres se disipó. Incluso Nana sonrió.

— Qué serios —Bromeó y entonces Jungkook y yo empezamos una riña tonta de molestarnos el uno al otro, Nana reía y eso era suficiente para nosotros. 

Como quisiera volver el tiempo atrás, que las preocupaciones y el dolor de cada uno de nosotros se esfumara. Pero no es posible, y por eso tenemos que seguir adelante. 

Nana y yo hicimos varias promesas, y en nuestra última, decidí que no sólo no la olvidaría jamás aunque estuviese al otro lado del mundo o en el más recóndito de los rincones del cielo o el infierno, sino que estaría para siempre a su lado, de una forma u otra. Viéndola brillar o si el futuro me lo permitía brillando junto a ella. 

Esperaba que fuera la segunda, tanto que de hecho, esa noche luego de la llamada, antes de dormir pedí eso como deseo al cielo y recé. 

Sin embargo, algo me decía, o presumía que incluso hay deseos que no pueden volverse del todo realidad.

***


Nana.

nebula → park jiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora