13

1.3K 179 19
                                    


Nana.

Sentir que empiezas a perder una parte de ti no es nada agradable, mucho menos cuando esa parte que va separándose te convierte en alguien más. Eso sentía yo, eso era lo que descubrí que me estaba pasando. Estaba perdiéndome. 

¿Cuándo había empezado todo a cambiar? La Nana de hacía tan sólo tres años era muy diferente a la de ahora, la de aquel entonces era tan activa, segura de sí misma, temeraria. Tenía a su mejor amigo al lado, sus padres eran felices, el colegio era una maravilla, sus amigos eran geniales y... no existían las benditas migrañas. 

Mi yo de aquellos tiempos no se detenía por un insoportable dolor de cabeza que la hiciera llorar por días o le provocaba desmayos, tampoco se sentía impotente de no poder ir a estudiar o hacer cualquier cosa gracias a ello. Mis padres estaban en la mesa para la cena, mis amigos me adoraban y hasta cierto punto me admiraban. Jungkook y Jimin estaban ahí... Pero ahora no estaba Jeon y tampoco Jimin. 

Cada vez me sentía más sola y quebrada con todo lo que pasaba y no podía hacer nada para detenerlo. A pesar de que mi mamá seguía a mi lado incondicionalmente y que Kyle y Sarah me hacían compañía todavía había un vacío que no lograba llenar. No quiero sonar egoísta pero es la verdad. 

El único capaz de hacerme sonreír estos días es sin duda alguna Jin pero aún así ahora hasta su figura empieza a distorsionarse y nuestra relación a verse turbia. Todo por esas fotos donde siempre aparece con una chica. 

¿Sería Jin capaz de engañarme?

Me sujeto muy fuerte a la esperanza de que no. Todo debe tener alguna explicación; explicación que aún no me atrevo a pedir por miedo a descubrir algo que quizás no me guste.

Ah... todo es tan... difícil y entonces...

— ¿Uh? —Abrí los ojos lentamente intentando acostumbrarme a la oscuridad de mi habitación. Una tenue ventisca se había colado hacia donde estaba haciendo que me despertara.

El dolor seguía menos intenso pero aún sentía una punzada en la sien que me molestaba.

Me había quedado dormida luego de mi intento por estudiar algún tema que tuviera pendiente pero nada más empecé a forzar la vista en la computadora sentí como una tormenta se me desató dentro del cráneo y tuve que obligarme a dormir nuevamente.

— Na... 

Creí que me estaba volviendo loca cuando ya me hube acostumbrado a la oscuridad y pude notar la presencia de alguien a mi lado. Por un momento di un leve respingo y mi respiración se aceleró cuando en mi estado de confusión no me había dado cuenta que aquellos ojos pequeños eran de una sola persona.

Entonces... Jimin.

— Nana —Dijo despacito como acostumbraba a nombrarme cuando era más pequeño.

Irremediablemente una sonrisa salió de mis labios, efecto que indudablemente podía lograr Jimin.

Sí, debía estar volviéndome loca gracias a las migrañas porque, ¿por qué demonios Jimin estaría en mi habitación? Luego de nuestro encuentro en mi cumpleaños había entendido por completo que herí de tal forma a ese chico que no quería ni verme.

nebula → park jiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora