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— Idiota. No tienes ojos. —Nissos dijo.
— Padre.
Selia llamó el Marqués de Kellyden. Había un ligero indicio de desconcierto en sus ojos de nuevo. Como de costumbre, no estaba acostumbrado a que Selia lo llamara "padre". No fue una mala reacción. Selia fingió estar triste por ahora.
— ¿Escuchas a Nissos, padre? Me llamó una idiota por elegir el legado de mi tía.
Pero Nissos se rió.
— Nissos Kellyden.
Eso fue, hasta que la voz del Marqués cayó profundamente, a diferencia de lo habitual. Nissos enderezó rápidamente su postura, mirando a su padre.
— Sí, padre.
— ¿Cómo te atreves a comportarte así frente a la herencia que te dejó tu tía? Estás conectado a tierra durante una semana.
Los ojos de Nissos se abrieron de par en par. Al ver que no podía responder de inmediato, el Marqués volvió a hablar con severidad.
— ¿Me escuchaste?
— Sí, padre.
Nissos bajó la cabeza en silencio como si estuviera muerto. Selia estaba segura de que el Marqués estaba enojado con Nissos no solo porque se comportaba mal, sino también porque Nissos le dijo al mayordomo que destruyera todos los documentos relacionados con ella sin permiso.
Selia miró a la marquesa y vio un ligero indicio de vergüenza rezumido de su tez.
Parecía muy raro que Nissos se avergonzara.
Selia pensó que era un buen gesto lo que hizo el Marqués. Por supuesto, no mostró su satisfacción. Entonces, de repente, el Marqués le cambió la mirada mientras le preguntaba.
— Selia, ¿estás segura de que quieres esa tierra?
— Sí.
— Creo que sería mejor que eligieras el collar de rubí o la isla de coral. Como sabes, la tierra está contaminada en gran medida con magia.
— Tengo muchas joyas, no solo ese collar de rubí, sino que cualquier joya no se puede comparar con el diamante azul que padre me compró antes.
Era un hecho cierto. Excepto por la corona del emperador del imperio Glick, sería difícil encontrar una gema más preciosa que ese diamante azul. Ese collar de rubí era como una de las muchas joyas en posesión de Selia.
— Y la isla de coral... Realmente no me atrae. Simplemente sentí la necesidad de hacer un pequeño experimento con la tierra contaminada como Stern.
— Ahí tienes.
— Una Stern...
Hubo susurros de todos lados. Selia era famosa por ser una Stern que nunca estuvo activa en Occidente. Todo el mundo podía adivinar que la razón de esto era porque se separó de los Kellyden. Por lo tanto, era obvio que Selia mencionar que era una Stern estaría fresca en la mente de los nobles occidentales.
