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— ¿Qué quieres decir con que Stern me humilló?
— Ah, marqués Haneton, es difícil para mí decir esto de mi boca, pero Selia se escondía junto a la puerta a pesar de que el Marqués la estaba buscando.
Las palabras de la marquesa resonaron y la gente comenzó a susurrar.
— ¿Esconderse tras la puerta?
— ¿Avergonzaste al Marqués yendo a un lugar tan bajo?
Pero Kalis abrió la boca sin cambiar su expresión.
— ¿Stern me evitó? Debe haber algún malentendido.
— ¿Malentendido?
— Mucha gente asiste al banquete, así que le pregunté cortésmente a Stern antes si podía esperarme en la puerta.
— Selia... —la marquesa miró a Selia—. ¿Por qué no lo dijiste antes?
— ¿Hay alguna razón para que le cuente todo a la marquesa?
Oyó un pequeño murmullo a su alrededor. Los ojos de aquellos que habían criticado a Selia hasta ahora se habían calmado.
— No.
— No hay razón para contarte todo. No somos muy cercanas. Si le hubiera preocupado, me habrías llevado a la sociedad occidental a menudo, pero nunca lo hiciste.
La cara de la marquesa estaba claramente alterada. Kalis la miró con una expresión ilegible mientras hablaba.
— Marquesa. Por favor, no se involucre así. Lo siento, pero es desagradable.
El comentario de Kalis fue duro. Por supuesto, Haneton y Kellyden eran marqués. Sin embargo, Kellyden era la autoridad más importante de Occidente. Por lo tanto, al comparar las dos familias, el rango de Haneton fue un poco más bajo.
La cara de la marquesa se puso pálida. Como fue un comentario tan fuerte, causó bastante revuelo. La marquesa y Kalis tenían manos inesperadamente fuertes.
— Aparentemente los jóvenes en estos días son más sensibles a las relaciones afectuosas.
— Además, ambos han tenido largas carreras sociales en la Capital Imperial.
— Sí. Es un poco diferente de Occidente.
Un noble que parecía ser un amigo cercano de la marquesa agregó. Kalis les dio una mirada fría.
— Quiero que dejen de hablar de nosotros.
Descendió un silencio frío.
— Vamos a parar. Marqués Haneton.
El marqués Kellyden, que había estado observando la situación con una expresión firme, detuvo a Kalis. En su gesto, la música comenzó a fluir, evocando la atmósfera.
