Jungkook había evitado a Taehyung toda la semana: había puesto su mayor esfuerzo en no cruzárselo en la universidad o ignorarlo cuando no podía evadirlo. Sin embargo, ello no había quedado ahí. Había retomado lo suyo con Sooyoung. La recogía de clases y pasaban todo el día juntos en la biblioteca o en casa de alguno de los dos.
En un escenario como ese, las sesiones de besuqueos y manoseos no habían faltado, pero aún así Jungkook sentía que algo en su interior no terminaba de convencerse de que aquello era correcto.
Tratando de olvidar esos pensamientos, había terminado, un viernes, arrastrado a una obra de teatro en la que participaría la clase de teatro de Nayeon. El lugar estaba lleno de profesores y estudiantes de la universidad. Definitivamente, un evento aburrido, pensó Jungkook, al menos hasta que este comenzó y el Romeo de la obra terminó captando toda su atención. Taehyung, con el cabello castaño para esa ocasión, pronunciaba sus líneas con destreza. Lucía excepcionalmente guapo esa noche.
Lo persiguió con los ojos hasta el final. Si no podía tenerlo, podía desearlo. Podía quererle y ansiar su compañía en secreto.
Sooyoung tomó su brazo y lo jaló en dirección al backstage–. Mis padres no pudieron venir, así que al menos nosotros tenemos que ir a felicitarla.
Jungkook asintió. No tenía otra opción. Sooyoung lo estaba llevando hacia donde su mayor deseo se encontraba. Un deseo que había tratado de evitar durante una semana y que probablemente no quería saber nada de él.
Le siguió la corriente al resto y saludó con una reverencia a todos los presentes. Sabía que debía controlarse, pero ver a Taehyung con Nayeon hacía que la sangre le hirviera. Recordaba a la muchacha tocándolo y solo podía pensar en que necesitaba separarlos, pero no tenía derecho. Taehyung no era nada suyo, no era más que su ya no tan nuevo vecino.
Lo escuchó agradecer por las felicitaciones y lo vio retirarse hacia el balcón del lugar. De repente, la necesidad de ir tras él se hizo más grande, tanto que la presencia de Sooyoung y Nayeon no consiguió devolverlo a tierra.
– Iré a fumar un poco –anunció y las hermanas lo dejaron partir, ocupadas en compartir los detalles de la obra.
Mientras más se acercaba al balcón, su corazón comenzaba a latir con cada vez más fuerza. Había evitado tanto a Taehyung por la forma en la que su corazón comenzaba a desearle, pero ahí estaba, tan cerca a él de nuevo. Se suponía que así no debía funcionar la atracción, al menos, según lo que había escuchado en casa. Un romance entre dos hombres... Siquiera pensar en ello era inadmisible en su hogar.
Las preocupaciones acumuladas en su cabeza cedieron un poco, cuando la imagen de Taehyung, fumando, todavía vestido como Romeo, lo recibió.
– Así que ahora fumas –dijo Jungkook, mientras poco a poco iba eliminando la distancia entre ambos.
– Así que ya no me estás evitando –respondió Taehyung, dando otra calada.
– No te he estado evitando –afirmó Jungkook, evitando romper la línea invisible que le impedía avanzar más–, y desearía que dejes de fumar.
El menor sonríe–. Lo dice quien, hace un año, me iba a enseñar a hacerlo, a pesar de ser menor de edad.
– Lo digo en serio.
Taehyung reprimió una risita burlona y apagó el cigarro con la punta del zapato– ¿Qué otra cosa más desearías?
Jungkook dudó por un segundo, pero decidió jugar apostándolo todo a la suerte–. A ti.
Los ojos del castaño destellaron de emoción. Solo era cuestión de dar unos cuantos pasos y entonces podría tocar el rostro del contrario, ahora ruborizado, empero la voz de Sooyoung llamándolo encendió todas las alarmas en su cabeza. Quiso ocultar su nerviosismo, pero ya era muy tarde, porque Taehyung lo había notado.
– Supongo que aquí es cuando decimos adiós –lo escuchó decir, mientras se alejaba de él y lo dejaba solo en el balcón.
Lo vio cruzarse con Sooyoung, saludarla como si nada hubiese pasado y continuar con su camino. Le había lastimado. Jungkook lo sabía, pero decidió no hacer nada al respecto. Un error del que se arrepentiría toda su vida.
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Himitsu (Taekook)
FanfictionUna tarde de verano, la familia Kim se muda al vecindario de Jeon Jungkook, un joven estudiante de Derecho, y su mundo da un giro de 180 grados. Por primera vez, en sus dieciocho años de vida, descubre lo que es desear y amar a alguien, pero también...