Cinco años. Habían pasado cinco largos años desde aquella pelea con Minguk. Una eternidad, que lo había arrojado al conformismo. A pesar de que temía arruinar los planes que sus padres tenían para él, Jungkook siempre había guardado la inconsciente esperanza de algún día ser dueño de su libre albedrío. Sin embargo, una cosa había llevado a otra y finalmente había terminado trabajando para su madre.
Aunque tal vez eso no era lo peor. Lo trágico era que había comenzado a vivir una mentira, privándose de aquello que, en algún momento, le generó la sensación de plenitud.
Meses después del incidente del comedor, su padre lo había citado en su oficina. En sus entonces diecinueve años de vida, Jungkook había ingresado a ese lugar en tres ocasiones. La primera fue cuando, a los cinco años, luego de haber hecho una pataleta, Jeon Jichul lo llevó a ese lugar misterioso para él y le obligó a mantenerse de pie por una hora de cara a la pared. La segunda fue diferente: no había sido invitado, pero Jeon Minah, su madre, le había pedido que llamara a su padre, recién nombrado Ministro de Defensa Nacional, para comenzar con la cena, así que, cuando ingresó al lugar, por primera vez en su vida, vio al impasible Jeon Jichul nervioso, mientras practicaba el discurso que daría ante sus invitados. La tercera fue por Taehyung. Jichul necesitaba saber de la boca de su propio hijo que lo que se había rumoreado en las aulas de su universidad no era cierto y, para su bien o mal, este lo había negado todo.
Así, finalmente llegó la cuarta ocasión: la mañana de febrero del 2019, luego de la pequeña ceremonia que se llevó a cabo en casa de los Park, fue invitado por su padre a tomar una copa de vino para celebrar su nuevo compromiso con Sooyoung.
Desde la última vez que pisó la ahora anterior casa de los Kim, Jungkook se había sentido vacío y había buscado mil maneras de quitar esa sensación de su cuerpo. Comenzó con encuentros sexuales y romances breves con mujeres, y, cuando ello no fue suficiente, recurrió al alcohol. Su vida se había convertido en un desastre, así que, cuando Sooyoung volvió a acercarse, optó por simplemente dejar que aquello fluyera. Aunque optar era un término muy generoso, porque él sabía perfectamente que lo que lo había terminado empujando a retomar esa relación era el temor de que sus padres descubrieran la verdad. Su verdad. Que él nunca llegaría a amar a Sooyoung, no porque no se esforzara para ello, sino porque simple y llanamente no le nacía ni le nacería. A pesar de ser consciente de esa parte de su ser, no se detuvo. La pelea que tuvo con Taehyung y Minguk, y el rumor de que había ido a casa del primero para buscarlo antes de su desaparición en Seúl, eran cosas que superaban aún cualquier deseo de parar esa farsa.
Incluso el deseo de tomar cualquier vuelo disponible a Japón, porque Jungkook había pensado en huir casi diariamente los dos primeros años, antes de su compromiso. No obstante, la desesperación y frustración por no hacerlo habían disminuido poco a poco. Tal vez por eso Jungkook todavía se negaba a dejar ir la fantasía de la pareja ideal con Sooyoung. Le atribuía esa paz temporal, y le consolaba pensar que quizá podría tener una familia con ella: el sueño de sus padres. Eso era suficiente, ¿no?
Pensaba que sí, hasta que, la tarde del 22 de septiembre de 2021, en una época en la que Seúl estaba teñido de tonalidades marrones, rojizos, anaranjados y amarillos por el otoño, volvió a divisar los cabellos platinados que hace cinco años había visto desde la ventana de su casa.
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Himitsu (Taekook)
FanfictionUna tarde de verano, la familia Kim se muda al vecindario de Jeon Jungkook, un joven estudiante de Derecho, y su mundo da un giro de 180 grados. Por primera vez, en sus dieciocho años de vida, descubre lo que es desear y amar a alguien, pero también...