Jungkook cruzó la pista junto a un grupo de peatones ni bien el semáforo se lo permitió. Miró el reloj y aceleró en dirección al edificio que se encontraba al final de la cuadra.
En días como estos, uno podía apreciar plenamente los pequeños detalles que hacían al centro de Seúl un lugar extremadamente ajetreado: tiempo de tránsito limitado para los peatones y extenso para los conductores, gran afluencia de gente y autos, y, en consecuencia, pocos lugares para aparcar y mucho tráfico pesado.
El guardia de seguridad lo esperó con una sonrisa y, revisando apenas su permiso, le permitió ingresar. Consiguió tomar el primer ascensor disponible y, una vez en el piso correcto, se dirigió a paso apresurado al área en el que se estaba llevando a cabo una de las dos sesiones que, junto a Cha Goeun, compartiría con un grupo de estudiantes, quienes, bajo el mando de la Defensoría del Pueblo de Seúl, presentarían un amicus curiae a favor de esta.
Se asomó un poco por la ranura de la puerta y logró observar a Goeun sacar un pequeño papel que contenía el discurso que daría ese día. Saludando a todos los presentes con breves reverencias, se escabulló hacia uno de los asientos que se encuentraban cerca a la familia Cha. Goeun echó un vistazo en su dirección y le sonrió cálidamente, comenzando así su discurso con una frase que se quedaría con Jungkook el resto de su vida. "Nadie debería sufrir de ninguna manera por ser realmente quien es". Algo tan simple que le había costado comprender por mucho tiempo.
La sesión transcurrió con normalidad, empero Jungkook no podía quitarse de la mente las palabras de Goeun. Había causado daño en el pasado por decisiones que lamentaría toda su vida, pero ello no significaba que necesariamente debía condenarse al tipo de infelicidad en el que se había hundido junto a Sooyoung, durante años de matrimonio.
El apartamento estaba a oscuras y, al fondo, con un cigarrillo entre los dedos, se encontraba Sooyoung. Jungkook había sido infeliz y había causado infelicidad. Finalmente, luego de más de siete largos años, había reunido el coraje para ponerle un punto final a esa situación.
El azabache se acercó y saludó con una pequeña inclinación de la cabeza, recibiendo el mismo gesto al instante. Carraspeó un poco y, tras una corta pausa, propuso aquello que venía siendo necesario desde hace mucho tiempo: divorcio. Sooyoung lo escuchó en silencio, contuvo las lágrimas que amenazaban con salir y asintió. A esas alturas de su matrimonio, ambos sabían que las cosas ya no tenían remedio.
– ¿Qué fue lo que hice mal? –preguntó Sooyoung y Jungkook inmediatamente comprendió que había brindado la solución pero no había explicado el problema.
Nadie, ni siquiera Taehyung, sabía exactamente cuáles eran sus verdaderos sentimientos, así que en ese preciso momento, aunque deseaba que aquello sucediera primero con el mismo Taehyung, decidió que debía ser honesto por primera vez, porque al menos eso era lo que le debía a la mujer que había sido esposa por años.
– Siempre estado enamorado de alguien más.
Sooyoung le dio una calada a su cigarrillo y, luego de expulsar el humo, volvió a hacer otra pregunta–. ¿Se puede saber de quién?
Jungkook soltó un suspiro. En todo este tiempo, nunca lo había dicho en voz alta, ni siquiera se había atrevido a pensarlo, pero había llegado el momento de hacer todo ello al mismo tiempo.
– Taehyung –respondió, sintiendo una enorme tristeza, porque sabía que quizá nunca volvería a tenerlo a su lado–. Siempre he estado enamorado de Taehyung.
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Himitsu (Taekook)
FanfictionUna tarde de verano, la familia Kim se muda al vecindario de Jeon Jungkook, un joven estudiante de Derecho, y su mundo da un giro de 180 grados. Por primera vez, en sus dieciocho años de vida, descubre lo que es desear y amar a alguien, pero también...