Taehyung se había visto obligado a mantenerse oculto casi toda su vida. De ahí que la presencia de aquella sombra del pasado, ahora en su presente, le molestara de sobremanera. Esta había llegado sin ser bienvenida y eliminado ese pequeño atisbo de sol que Taehyung había encontrado en medio de una tormenta hace cinco años atrás, mientras huía de Seúl junto a Namjoon.
– ¿Cómo sabes dónde vivo? –preguntó Taehyung sin darle más vueltas al asunto.
Jungkook volteó a verle con sorpresa, apagando de inmediato, en el cenicero de mesita de centro del lugar, el cigarrillo que tenía entre los dedos. Taehyung lo miró impaciente, ajeno al huracán de sentimientos que atacaban al pelinegro en ese instante. Este último no había pensado mucho en qué sucedería cuando decidió acercarse nuevamente. Simplemente se había dejado llevar por la abrumante necesidad de volver a ver su rostro y escuchar su voz en la vida real y no solo en sus sueños.
– Pregunté por ti en el diario para el que trabajas –confesó y se arrepintió de haberlo hecho al cabo de unos segundos, porque Taehyung no se molestó en ocultar la incomodidad que le había causado aquella revelación–. Yo realmente quería hablar contigo, Taehyung.
– Recuerdo haberte dicho claramente que no nos conocemos –sentenció el menor, dando media vuelta, harto de escuchar mentiras una y otra vez.
– ¿Es por él? ¿Has estado con él toda la noche? –preguntó Jungkook con desesperación, refiriéndose al chico que había traído a casa a Taehyung y le había dicho aquello que él moría por decir.
El menor se detuvo en seco y empuñó las manos hasta adormecerlas en intento por liberar todo el enojo que comenzaba a acumularse en su pecho.
– ¡Sí! –espetó, deshaciendo sus pasos y enfrentando cara a cara a Jungkook–. ¿Y qué? Eso a ti no te debe importar.
– ¡Claro que me importa, Taehyung! –respondió el pelinegro, exasperado y derrotado a la vez–. No hubo ni un día en el que dejara de pensar en ti.
Taehyung lo estudió por unos segundos y, en silencio, se recompuso. Estaba cansado de esa situación.
– Vete a casa. Ya es tarde–ordenó con una tranquilidad que ahogó a Jungkook en un mar de desesperanza–. No me interesa lo que sea que tengas que decir.
Aquel día Jungkook descubrió que la indiferencia de Taehyung era más dolorosa que su enojo u odio.
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Himitsu (Taekook)
FanfictionUna tarde de verano, la familia Kim se muda al vecindario de Jeon Jungkook, un joven estudiante de Derecho, y su mundo da un giro de 180 grados. Por primera vez, en sus dieciocho años de vida, descubre lo que es desear y amar a alguien, pero también...