"¿Dónde está mi ángel?
Al final del día
Que alguien venga a salvarme, por favor."
Un reencuentro puede traer consigo nuevas experiencias y nuevos problemas.
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━━Hice cosas de las que me arrepiento, pero entre ellas no está el haber...
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Recuerdo que cuando era pequeña, mi madre siempre descubría cuando mentía.
No importaba qué tan elaborada era mi mentira, o si agregaba detalles, ella siempre sabía que yo no estaba contándole nada de la verdad.
Nunca supe si era porque no sabía mentir, o mi madre tenía otro sentido que le decía que yo no le estaba diciendo las cosas como eran.
Hasta ahora, fue la única persona capaz de leer mis pensamientos y descubrir la verdad de mis acciones. Nadie sabía entender las cosas tan calculadoramente como ella.
Entonces, ¿Por qué la mirada de Takemicchi me hacía entrar en pánico, pensando que leería todos mis más profundos pensamientos y secretos?
Hace exactamente una hora que nos reunimos en un café, los chicos habían insistido en querer conocer lo que había hecho en los últimos años y al tener la alta de Draken, dijeron que sería una buena bienvenida.
Ahora, mientras tomaba mi café sin azúcar, tenía miedo de la mirada del rubio sobre mí.
━━¿Entonces tuviste problemas al Inicio con el idioma? -Preguntó Mitsuya entre el alboroto que los demás estaban haciendo-
Sentía que nos iban a sacar del local.
━━Muchisimos, en realidad. Además de la discriminación por mi nacionalidad y la cantidad de gente en la secundaria preguntando cosas de Japón. -Suspiré, recordando cuántos problemas me había causado ésto último por alterar el orden- ¿Pueden creer que allá piensen que solo comemos sushi y arroz?
━━¡Hey! Eso es grosero -si hay algo que ofende en demasía a Draken, es la discriminación. Sea cual sea la situación-
Las horas pasaban con lentitud, pero al final habíamos quedado hasta tarde en aquel café contando nuestras mejores anécdotas entre risas y quejas de aquellos a los que dejaban en evidencia.
Entre ellos, Manjiro había sido demasiado evidenciado con respecto a su apetito y lo mucho que repetía cuánto extrañaba mis postres.
¿Cómo le explicaría que hace años no horneaba nada?
Mi vida se había vuelto complicada, así que mi rutina no pudo ser llevaba a cabo en donde había estado.
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