"¿Dónde está mi ángel?
Al final del día
Que alguien venga a salvarme, por favor."
Un reencuentro puede traer consigo nuevas experiencias y nuevos problemas.
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━━Hice cosas de las que me arrepiento, pero entre ellas no está el haber...
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La situación en el día no iba a cambiar.
Las cosas que consideré importantes ahora estaban en una mochila, mientras en mi mano estaban las llaves que tía me había dado para entrar a aquella que hace poco tiempo había vuelto a ser mi hogar.
Pero, justo ahora, solo se sentía como un lugar asfixiante que me quitaba el aire poco a poco.
Antes de salir, decidí entrar por última vez al cuarto de Keisuke. Todo estaba justo como siempre lo dejaba, incluso su ventana estaba abierta.
Se formó un nudo en la boca de mi estómago mientras caminaba por el pequeño lugar.
━━Keisuke, ¿Por qué no te pedí perdón? -Susurre entre lágrimas, llevando una mano cubriendo mis ojos - Debí haberte apoyado, ayudarte en lo que fuera que planearas maldita sea.
Miré la foto en el escritorio, en un lindo marco negro.
Keisuke me abrazaba, con algunas heridas en su rostro, mientras yo estaba llorando por haber sido la causante de que entrara en una pelea con un niño mayor a nosotros.
Mi mano acarició el marco y el cristal qué protegía la fotografía.
━━Siempre me defendías como si realmente fueras mi hermano mayor -susurré, y las malditas lágrimas caían ahora en el cristal- Oye, Keisuke.... Quiero saber qué era lo que pensabas al momento de dejarme sola de nuevo.
Nadie conoce lo que una persona piensa realmente, ni la verdadera razón de sus acciones.
Keisuke siempre había sido reservado, jamás le insistí en que me contara algo, porque si él no me contaba de su propia cuenta, significaba que era algo que quería tener para él mismo hasta que encontrara alguna solución.
Suspiré, y cuando estaba a punto de dejar la fotografía de nuevo en su lugar, un sobre cayó de su parte trasera.
Fruncí más el ceño viendo aquello, ¿Qué era? ¿Los ahorros de Keisuke?
Dejé la fotografía y levanté el sobre misterioso. Dentro no había dinero, pero si un pedazo de papel que parecía ser de cuaderno.
Me senté en la cama de Keisuke, comenzando a desdoblar aquella misteriosa carta con mis manos temblantes por encontrar algo malo.
A quien pueda encontrar esta carta, por favor entregársela a Baji Nimari.
Bueno, me sentía menos culpable de leer.
Nimari, realmente espero que no estés leyendo ésto. Porque de lo contrario, significaría que algo salió mal en el plan, y tuve que salvar con mi vida a aquellos que son mi más grande tesoro.
