CAPITULO 2

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Las clases de Satou eran relativamente normales y no fuera de lo común de no ser por un pervertido Reita que se la pasaba invitando a las chicas a salir con el y Satou bueno el era un caso aparte leía un libro, aquellos libros que encuentras en la biblioteca sin una portada llamativa.

Reita sintió la presencia de alguien y ese alguien estaba tras la puerta de la clase solo observándose un mechón de pelo rosado por la ventana de la puerta corrediza, si bien no le gustaba exponer a Saiki por miedo a lo que le ocurriría a su integridad si el psíquico se enojaba, grito de manera alegre dirigiéndose a la puerta

-Oi ¡S-A-I-K-I! ¡SAIKI KUSUO! -Gritaba mientras deslizaba la puerta feliz de saber que por lo menos su amigo/compañero del trio de paranormales había ido a verlo pero oh sorpresa la mirada de Saiki se asemejaba a la de una bestia a punto de atacar al cuello del pobre espiritista que sintió un escalofrió recorrerle la espalda
“¡sabía de antemano que era mala idea pero que demonios! ¡¿por que se enojó tanto?!” pensaba mientras buscaba en su mente el espíritu de un corredor profesional que lo ayudara a salir de esta

“Ni siquiera lo pienses” Decía Saiki Kusuo en la mente del espiritista quien sobresaltado del susto comenzó a rezar a todos los santos habidos y por haber de su repertorio de sacerdotista

“Callate”

Reita sobresaltado asentía rápidamente “Es raro que vengas a verme, ¡¿Se acaba el mundo?!” Decía mentalmente el espiritista con una cara de espanto lamentando no haber tenido novia

“Se acabará para ti si no te callas” respondía Saiki mientras volvía a lo suyo ver a Satou Hiroshi y esa pequeña mirada no se escapó de Reita quien adivinando sus pensamientos le dijo

“Vuelves a acosar al pobre Hiroshi, no te aburres con mirarlo” pensaba con una mueca pues el fue el primero en saber que Saiki se la pasaba mirando a aquel hombre que a los ojos de Saiki y en palabras de él era perfecto, llevaba la vida que él deseaba llevar. A esa conclusión había llegado el pelimorado cuando vio los esfuerzos del pelirosa al “acosarlo” o como prefería referirse Saiki a “contemplarlo”

“Como si no fuera lo mismo que hago con las chicas” pensó Reita ganándose una mala mirada de Saiki “Bien, bien, no es lo mismo” penso con sarcasmo alzando los hombros mientras se recargaba en la pared fuera de su salón.

-Saiki, si solo quieres conocerlo basta con que te lo presente, ¡después de todo está en mi clase! - Decía alegre Toritsuka lo que él no sabía era que Satou muchas veces se refirió a Reita como aquel extraño pervertido con el que no le gustaría relacionarse. Saiki sabía eso, pero prefirió no decirle nada.

Demasiado tarde, Saiki debió haberlo previsto, bastante tiempo llevaba con aquel grupo impredecible cómo para saber acabaría aquella propuesta.

Lo primero que ocurrió

Reita adentrándose al salón, mientras se dirigía a Satou quien seguía en aquel libro mostrándose tranquilo, y oh claro Saiki no debía de entorpecer la calma que lo rodeaba ni él ni nadie.

Lo segundo que ocurrió

Saiki advirtiéndole en voz siniestra que parara o expondría su colección de revistas no aptas para menores, de manera rápida y concisa, en ese punto Reita con una cara de asombro y de incredulidad pues Saiki no sabría dónde estaban y no es como si pudiera teletransportarse rápidamente, así que apresuro el paso ignorando aquella voz en su cabeza llegando a la hilera de escritorios donde Satou se encontraba.

“Voltea” llamo Saiki, Reita volteó y encontró una escena perturbadora

“Hubiera callado” Se repetía el espiritista mentalmente pues Saiki de un momento a otro saco detrás de sí la revista tan preciada que guardaba en su escritorio con llave
“¡Como demonios fue tan rápido!” pensó parando abruptamente y movió el primer escritorio de la hilera.

Lo tercero que ocurrió

Satou veía fijamente a Saiki y en ese punto Kusuo no sabía cómo teletransportarse hasta el polo norte, pues era más preferible morir de hipotermia que de la vergüenza que sintió en ese momento.

Como explicas a un desconocido que la revista xxx en tu mano no es tuya y que era la única manera de sobornar a aquel idiota que iba a cometer una estupidez que lo involucraría y saldría mal parado, pues si era amigo del pervertido automáticamente Satou lo tomaría como otro pervertido más, no, eso no era una solución no después de haberse propuesto ser amigo de Hiroshi Satou.

Estaba tan ensimismado en la mirada de Satou y en sus pensamientos de revertir el tiempo, no noto a Kaido detrás de si

-Saiki no conocía ese lado de ti- decía Kaido avergonzado por la revista más que por otra cosa

-Saiki tu no lees estas porquerías, deben de ser del pervertido este- Dijo Aren llegando al lado de Kaido señalando a Reita quien entendiendo el mensaje rápidamente giro su dirección hasta Saiki y lo tomo bruscamente diciendo

-¡SI! Se me cayo por accidente joder que buen amigo eres Saiki- Gritaba escondiendo rápidamente la revista en su suéter siendo un poco sarcástico al final.

Todo sucedió de manera tan rápida que Saiki al no comprender lo que pasaba a su alrededor seguía viendo esos ojos verdes, mientras la mirada de Satou fijaba su mirada en Kaido, después en Aren siguió a Reita y al final a Saiki quien no perdía de vista esos ojos, queriendo indagar dentro de sus pensamientos casualmente escucho solamente lo último de tan distraído que estaba en aquel par que solo escucho
“… ojos morados, no podía distinguirlos a través de los lentes verdes pero estoy seguro” Seguía pensando mientras veía más a Saiki

Su cerebro dejó de funcionar otra vez…
Su cara y orejas se tornaban rojas, “¿Por qué?” pensaba pues a Satou al final no le tomó importancia a la escena súper falsa de la revista xxx y del lio del que lo sacaron sus compañeros, no, sus amigos. Tan descuidado fue que no se dio cuenta de que sus amigos lo veían con gracia.

-Bien creo me debes una compañero- Decía Nendo abrazándolo con una sonrisa para nada amable, de ese tipo de sonrisas que te dan escalofríos al verla.

-Oye nosotros intervenimos tu solo viste la escena buscando el momento adecuado para burlarte de Toritsuka- Decía Aren señalando lo obvio

-¡¿De mí?!- Decía el espiritista levantando sus cejas, hasta él se dio cuenta de la maniobra evasiva para que Saiki no fuera involucrado “Asi Saiki me deberá una, mira que involucrarme como un pervertido para salvarte” Dijo en su mente consciente de que Saiki escuchaba sus pensamientos y automáticamente olvidando ese pequeño detalle, se puso a imaginar las cosas que Saiki podría hacer por el espiritista. 

“Ya eras un pervertido… ¡ni lo sueñes!” le dijo Saiki con horror pues escucho que cosas era capaz de hacer Saiki con sus poderes en la mente de Reita. Saiki apenas rendia cuenta de lo que pasaba a su alrededor y volvía a notar esa mirada sobre si volviendo a ponerse rojo “Creo que estoy enfermando” decía Saiki pues sentía la mirada de Satou sobre el y de un momento a otro Satou volvía a fijar sus ojos en el libro abandonado. Saiki al fin repuso su cara de seriedad.

Los tres amigos de Saiki volvieron a notar el cambio de Saiki, pero no comentaron nada y solo lo veían con una sonrisa, estaba claro que Saiki le interesaba aquel chico normal, ellos ni cuenta se daban de la presencia de Satou hasta que lo notaron caminando delante de Saiki y este a su vez lo miraba de manera insistente y eso si era algo raro en la manera de ser del pelirosa.

Si bien se daban cuenta del cambio nunca vieron mayor interés en el pelirosa después de ese dia pues volvía a comportarse como siempre, aunque con una mirada aún más perdida concluían los tres.

-Bien, bien vámonos o llegaremos tarde a clase, Mera san volvió a comerse la mitad de mi almuerzo- decía Kaido jalando a Saiki en manera de berrinche

-Oye no te comportes asi Kaido- Decia Aren visiblemente molesto -te daré de mi almuerzo al llegar a la clase.

-¡¿En serio?!- Decía alegre Kaido soltando a Saiki

Y todo eso fue observado por un par de ojos verdes, mientras el extravagante grupo se alejaba…

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