CAPÍTULO 20:

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Que mejor día para una buena confesión con regalo incluído…

Que un día lluvioso…

“Genial es lo último que hoy necesitaba” Pensaba con amargura Satou.

Habían acordado verse en el lugar de la “perfecta gelatina de café” según Saiki.

Y bueno ahí estaba después de despertarse sin haber dormido lo suficiente y como un loco había buscado con locura en su ropero algún atuendo que le sentará bien.

Tanta fue la presión que decidió ir con un conjunto que a los ojos de el era el adecuado, un pantalón negro de mezclilla recto con una cadena del lado derecho unos converse y sudadera negra con estampado de su banda favorita que según nuestro querido peli negro es de la suerte, dentro de esta una playera blanca de cuello recto dándole un toque casual.

Era una vestimenta de lo mas normal y su altura le favorecía con ese conjunto, pero…

“¡Me lleva el diablo! ¡Estaba soleado!”

La cara sin precedentes del contrario al ver el repentino cambio de clima a medio camino, con la caja en mano había corrido al café completamente empapado pues cubría con la mayor parte de su cuerpo el regalo, al llegar pidió una bolsa cubriéndola para que llegara Saiki…

Sin embargo, este no llegó.

Había pasado 1 hora desde que había llegado con anticipación, había mandado mensajes para saber que le paso y ninguno fue visto, preocupándose al instante.

“¿Y si algo le paso?” Su mente le jugaba malas bromas y llegaba a pensar lo peor

Por otro lado…

Saiki Kusuo sabedor de la mayor traición, decidió quedarse en su casa, que lo llevo a hacer aquello… Lo normal, celos.

Se sentía traicionado pues, aunque el tenía el derecho de haberlo besado por primera vez… en un sueño, pero ¡lo había hecho! Y eso es lo que importa.

Sentía que vio cosas que en verdad había ignorado. Pensó irremediablemente que sus sentimientos por el eran sinceros, pero nunca llego a ver una relación con otro chico, asi de simple “el no quería tener una pareja como yo”

Embargándose de pensamientos negativos había dejado pasar la hora sin arreglarse o salir de su cuarto nada más a buscar comida.

Los mensajes llegaban y el solo los dejaba sonar, sabedor de quien era el remitente de los mensajes. Sus padres se habían ido a casa de sus abuelos pues Kusuo los habia llevado el dia anterior, estos se fueron igual de preocupados por la sumisión de Kusuo, su hermano hace un mes se había retirado no sin antes prometer que tendría un trabajo en Japón para finales del periodo escolar de Saiki.

Ahí estaba el haciendo caso omiso a los mensajes, una hora transcurría sin que el se interesara en lo más mínimo por el peli negro.

“Se cansará e ira con Suzumiya” decía con una mueca de desagrado mientras jugaba dragón quest.

El anillo de Galeno fue puesto desde ayer y no se lo había quitado.

Ahí estaba el pagando la gran gelatina que había pedido con anticipación para el peli rosa, mientras con una mirada triste se dirigía a la camarera que curiosamente resulto ser una compañera suya Chisato Mera.

-¿Estas bien Satou?- la chica sabía que varias veces habia ido con Saiki los fines de semana y esta no sería la excepción, pero noto que el otro nunca hizo aparición alguna.

-Por supuesto-

-Sabes... lo que me sienta mejor en casos asi es una buena comida y no has tocado ni por asomo la tuya- decía preocupada

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