CAPÍTULO 15:

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Saiki no había salido de su cuarto y a su alrededor se encontraban las personas que mas preocupadas estaban por su estado de animo constante, sus padres y aquel que comprobaba que efectivamente estaba durmiendo, su hermano.

Les era extraño encontrarlo de esa manera y mas a su hermano que no esperaba encontrarlo tan vulnerable, y con unas inmensas ganas de ir a decirle una que otra verdad a aquel chico normal. Mejor conocido como “El insípido”, apodo que no tardó en adoptar.

“Toc,toc”

La puerta sonaba siendo consciente de quien era bajo dejando a sus padres en la sala.

-Pasa-

-Un “buenas tardes joven” no estaría nada mal sabes-

-Quieres que te conteste como un maldito profesor-

-No, sabes que sería mejor-

-No gracias no quiero escuchar lo que tengas que decir-

-“Buenas tardes Touma-san”- Decía con tono meloso supuestamente pues era más parecido a un tono macabro, su nombre de pila molestando aún más a Kusuke

-En definitiva, no necesito tu ayuda- Decía estampando la puerta en la cara del otro, sin embargo un pie le impedía la acción de cerrarla.

-Quien dijo que eres el único que la necesita- Decía empujando aún más la puerta.

La puerta fue abierta y Kusuke caería por tropezar con el descanso de la entrada, en plena caída era sujeto de la mano por Akechi quien rápidamente lo acercó hacia sí mismo…

Lamentablemente no lo logró y cayó con él pues tenía la fuerza de un fideo.

-….-

La tensión se sentía entre ambas partes sin separarse de su posición, Akechi estaba encima del pelicenizo a cuatro puntos viendo fijamente como Kusuke no separaba su vista de aquellos ojos analíticos, sintiendo las dichosas cosquillas a lo que ambos atribuyeron como “un cambio químico del cuerpo generado por la dopamina” escucharon pasos de la sala.

-Quitate- Le dijo con repudio Kusuke

-Quitame-

-Definitivamente no tienes ganas de vivir verdad- Decía molesto

-Si no es a tu lado, no-

Y por primera vez vio un sonrojo más intenso en la mirada del científico, grabándose en la retina de su ojo aquella escena, se le hacía algo increíble poder ver esa reacción de Kusuke aquel que no demostraba emoción alguna a no ser que hablaran de su hermano y ese extraño fetiche por ganarle, cosa que Akechi ya había hecho contra el peli rosa, saboreando el momento en el que le dijera eso.

Con todas las fuerzas del mundo concentradas en su rodilla, pateo en los bajos a Touma quien cayó de costado quejándose del dolor y hablando improperios increíbles, hasta para ello tenía una lista de maldiciones interminables.

-Con esa boca le hablas a tu madre-

-Con esta misma boca puedo hacer cosas mejores- Decía con lágrimas en los ojos.

Siendo el colmo para el pelicenizo se levantó y se metió enojado y con la cara completamente roja.

-Ku-chan- Su madre salió al ver que tardaba encontrando frente a si la cara roja de su hijo y Touma en el suelo retorciéndose y susurrando aún más cosas.

Habiendo pasado los saludos formales después de dichosa escena, su madre moría de ganas por molestar a su hijo mayor pero no era el momento. Akechi les había explicado lo que paso y solo se los contó por que sus padres eran quien mejor conocían al pelirosa.

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