CAPITULO 3:

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Nuestro pelirosa pasaba el dia en la enfermería pues nunca experimentó algo igual y fue a checarse, el nunca a enfermado inclusive cuando era niño, no tenia caso visitar el medico si no se sentía mal. Por ello fue y lo que recibió fue una plática sobre las hormonas en los adolescentes algo que Saiki ya sabia pero nunca tuvo mas interés respecto al tema, no le interesaba. Por ello concluyo que la visita al medico fue una mala idea.

Otra solución fueron sus padres pero no sabia si serian de ayuda para Saiki pues ellos tampoco eran los padres que conoces comúnmente, su madre lo ayudaba con temas personales y a comprender muchas cosas a su alrededor de pequeño, aun no entendía del todo aquellas emociones, admiraba a Satou sabía que era ser normal, ¿pero porque nunca podía expresar sus verdaderos sentimientos?¿Era algo tan banal, a la vez preocupante?, algunos pueden reprimir esos sentimientos pero y Saiki cuando podrá expresar lo que siente como con la gelatina de café, su familia, sus amigos.

Sabía que era cariño y aprecio, pero ¿por qué los sentimientos hacia Satou eran aún más fuertes? ¿Era admiración? ¿Era algún cambio en su persona? No lo sabía y necesitaba ayuda.

Al llegar a su casa ese día como siempre tan extraño aun no concluía y la razón era simple, su hermano estaba de visita y oh eso lo hacia aun mas peor y no podía abordar el tema hasta que se fuera. Pero el rubor en sus mejillas cada que se acordaba de aquella vergonzosa escena era irremediable.

Al llegar a la puerta inventando cualquier escusa en su mente para no entrar, su madre salió de manera imprevista pues ya lo había visto desde la ventana de la alcoba

-Bienvenido Saiki- Decía con una sonrisa alegre pero con un tono amenazante en su voz

“Ya llegué” Respondía inevitablemente tratando de sonar tranquilo pues el sonrojo en su rostro parecía no querer desaparecer.

-Ara Ku-chan estas hirviendo-
Inevitablemente su madre supo que algo le había pasado, pero no ahondó el tema sabiendo como se ponía Saiki con respecto a su hermano. Al entrar a casa lo primero que encontró fue a su hermano frente a él de manera analítica lo reviso de pies a cabeza, cuando comenzó a tocarlo eso le molesto y lo levito sentando en la mesa de la cocina

-¿Saiki que te ocurre?- Preguntaba su hermano Kusuke, pues el siendo parte de su familia sabía que Saiki nunca había enfermado y ahora venía con un lindo color carmín en sus mejillas, debía admitirlo era demasiado lindo hasta para él quien se la pasaba retándolo y siendo masoquista con su hermano.

-“Nada”- Respondió secamente pues no podía leer los pensamientos del otro pero sin embargo sabia que llego a la misma conclusión que el, era cuestión de su salud.

-Bien a comer, prepare hamburguesas- Decía su madre con otra sonrisa cálida

-Cariño puedes bajar a comer- 

-Ahí voy cariño- Gritaba alegre su padre pues era amoroso con ella como de costumbre

Mientras comían y su hermano Kusuo contaba gran parte de su vida universitaria y de los “experimentos” por que los mencionó de manera rápida sin ahondar el tema, “Eso es un tanto preocupante” recordó Kusuo aquella vez que viajo en el tiempo por casualidad y había una guerra mundial por el experimento de su loco hermano, al no conocer lo que pensaba mientras hablaba de dichos experimentos, se puso a pensar en lo ocurrido en el día y se preguntó …

¿Qué es lo que quiere ser Satou? Recordó aquella vez que no pudo parar el volcán y tuvo que retroceder el tiempo de todo el mundo retrasándolos un año, “quizá ya tenía planes para ese entonces, aunque bien puede volver a hacerlo” Decía en su cabeza imaginando a un Satou Hiroshi siendo un empleado más de alguna empresa popular.

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