Jeongin es muy inocente.
Hyunjin empieza a querer más de su dulce novio.
Pero a veces querer más pasando los límites puede ser un poco peligroso.
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8. Primera vez
La noche de su cumple, Hyunjin necesitó varios besitos en los labios y algún que otro pellizco de parte de su novio para volver a la realidad. No podía asimilar las palabras que acababa de escuchar y no sabía si quería o no.
Primero sintió emoción, pero después sintió un sudor frío al pensar en Chan. Lo castraría, pero al menos habría sido feliz.
También casi se atraganta con su saliva al querer pensar en qué momento Jeongin había aprendido esas cosas. ¿Tan rápido había crecido? Si hacía poco había cumplido sus 17 años y seguía siendo el chico más adorable que sus ojos habían podido apreciar.
Y más ahora, viéndolo sonrojado delante suya, con los ojos brillantes y los labios resaltando debido a los besos de antes. Con cariño, lo agarró de la muñeca y lo acercó más, ayudándolo a sentarlo encima suya para besarlo. El ambiente cada vez subía más de nivel, y eso les estaba encantando conforme pasaba el tiempo.
Estaban en la casa del mayor, con mucha gente en ella también y posiblemente Yeji podría ser la primera en pillarlos, pero esos pensamientos no estaban ahora en las cabezas de la pareja.
—¿Estás seguro de lo que quieres, Innie?— preguntó Hyunjin con voz grave, intentando no pensar mucho en cómo Jeongin estaba muy cerca de cierta zona.
—He querido aprender algo sobre el tema...— habló tímido el menor, incorporándose un poco y trazando con sus dedos dibujos imaginarios en el pecho del mayor—. Hablé con Jisung, Felix y Seungmin al respecto...
—Vale, ya me preocupo más— habló con broma Hyunjin, aunque cierta verdad en la voz—. Espero que se callen o tendremos problemas...
—Jisung me dijo que más bien, el que tendría problemas serías tú, pero no quiero eso para hyung así que hay que ser precavidos— habló el menor con una pequeña sonrisa en el rostro.
Hyunjin le devolvió la sonrisa y tiró de él para robarle un beso.
—¿Desde cuándo mi pequeño empezó a ser atrevido?— preguntó juguetón el mayor—. Porque solo haces que mi pobre corazón se enamore más de ti.
Jeongin se sintió tan querido que se sentía la persona más afortunada del mundo.
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