27. Se acabó todo.

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Adam

El silenció había llegado como segundo plato después de escuchar el inconfundible sonido de la carne siendo vilmente separada, como si estuvieran rasgando una tela gruesa, pero era aún peor el sonido, porque lo acompañaban muchos suspiros de la impresión, hasta finalmente caía el causante de todo, golpeando el suelo con la fuerza que terminó siendo lanzada en el punto estratégico: frente a los ojos de Alaska.

Nadie se atrevía a decir nada, y por la vibra que dejó este suceso, segundos después solo terminó escuchándose el grito desgarrador de Dominic, levantando con furia el cuerpo de Selene, cosa que empeoró la situación porque todos logramos ver cómo había quedado después de la mordida del demonio, no se había detenido hasta decapitarla, sin dejarla gritar cortándole las cuerdas vocales primero.

La rabia de ver cómo le arrebataban al amor de su vida y madre de sus hijos es algo que jamás quisiera volver a ver de nuevo en carne propia, y Dominic dejaba ir todo ese dolor a través de alaridos que le destruían el corazón, todos los demás que conformaban el grupo de apoyo estaban inmovilizados por los otros demonios, nadie tocaba a Dominic porque al parecer era más satisfactorio para ellos el ver cómo abrazaba al cuerpo decapitado de su mujer.

Mal nacidos.

Alaska estaba completamente impactada, nadie se atrevía a moverse mucho más allá de unos cuantos pasos, nadie sabía qué esperar después de este ataque. Las Forjadoras también parecían alteradas, pero nada las distraía de su verdadero objetivo; mantener la barrera. Los demonios están sonrientes y orgullosos de su emboscada, porque había resultado perfecto para su plan.

Pero seguían subestimando a Alaska.

Ella estaba viendo la cabeza de su madre con lágrimas que se negaban a caer, pero se arremolinaban en sus ojos como si de un cristal fuera, y eso me estaba quemando por dentro casi tanto como a ella, pero no era comparable ver a tu madre así, no había un punto cerca de comparación.

Fernando me miró preguntándome con la mirada << ¿qué hago ahora?>>, estaba abrazando a Alaska, más bien, reteniéndola en sus brazos, evitando que se acerque a la cabeza de Selene, pero no podía negárselo, era su madre y estaba en todo su derecho de sufrir y sentir su dolor como ella deseara.

Niego ligeramente y este ya estaba sudando frío del miedo, dejando caer sus brazos lentamente del torso de Alaska, dejando que ella respire más fuerte acercándose mientras se arrastraba hacia la cabeza, parecía que se iba a desmayar, pero la conocía lo suficiente y es lo último que haría en momentos así.

Los llantos desconsolados se le sumó Diego a un lado de su padre, esto hizo que se rompiera el hechizo del que parecía estar presa Alaska, apartando la mano un segundo después de recorrer la mejilla de su madre, mirando ahora a su familia, o lo que quedaba por lo menos.

Una mueca completamente destrozada adornaba su rostro, mirando cómo su familia se estaba despedazando como ella, solo negaba mientras dejaba caer finalmente las amargas lágrimas por su rostro.

No había nada más que lo negara, Selene estaba muerta.

Alaska continuaba mirando a Dominic y Diego, tratando de que entrara más aire por sus pulmones, yo ya sabía lo que se venía, y fue bastante claro cuando le pedí a Fernando que se alejara de ella, necesitaba espacio para el siguiente movimiento.

Los demonios estaban tan sonrientes que estaría encantado de decirles que no había nada que celebrar.

No han ganado aún.

Tampoco me atrevía a plantarles una sonrisa haciéndoles ver que nosotros también teníamos un as bajo la manga, porque ya no me correspondía en absoluto, esto tenía un rato que había dejado de ser una pelea de todos contra los demonios, ahora era personal.

Alaska: RegeneraciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora