Alaska: Regeneración

4. La regeneración ya está aquí.

2 meses después.

Adam

No puedo decir que me encuentro cansado, sino más bien enfermo después de leer todos los expedientes del laboratorio, sin una sola pista de Alaska cuando la tuvieron cautiva aquí, saco los últimos papeleos del día conforme a los estudios de los laboratorios y los deposito en la mesa de la recepción, ya serán para el día de mañana. Mejor dicho, para dentro de unas horas, porque ya son las dos de la madrugada y ni siquiera lo noté, por aquí no se ve ni cuando entra el sol.

Whittier se había convertido en un pueblo que nunca duerme, nunca descansa.

¿Y cómo no? Ya no podíamos darnos el lujo de descansar cuando habían hecho polvo todo nuestro lugar, todo nuestro hogar. Y si yo seguía de pie, no iban a volver a pisar Whittier de la misma forma, de hecho, ya no hay forma de que logren pisarnos, estamos muy lejos de su alcance. Si antes las barreras y el acceso al pueblo era bastante complicado, ahora estamos rodeados por murallas y mucha vegetación que nos ayudaba a escondernos aún mejor. Todo esto para evitar más infectados que estén perdidos por el bosque.

Incluso estamos demasiado lejos del alcance de Euphoria. Tomamos medidas extremas y funcionó, estamos mejor que nunca.

Ese simple virus había intentado matarnos entre nosotros mismos, sin embargo, no contaban con que aún nos quedaban bastantes científicos, incluso yo comencé a estudiar sobre el virus, todos sabíamos qué hacer, ya no había nadie que no supiera lidiar con ello. Se entrenó a cada persona sobre lo que tenían que saber hacer, fueran lobos o no. La gente cooperó sin problema, todos estaban de acuerdo que después de aquel fatídico día, no querían pasar por lo mismo y mucho menos no estar preparados, el ver cómo el pueblo se desmorona y la gente es manipulada como marionetas los dejó lo suficientemente heridos como para tomar consciencia de la situación.

Cuando me acerco hacia la salida me encuentro con Dominic que se acerca a mí para dejarme su bata, él se mantenía ocupado haciendo imposible que la gente supiera dónde estábamos, incluso para otras manadas, Whittier había sido borrado del mapa, como si nos hubiera tragado la tierra, y sí, algo así pasó. Las manadas vecinas debieron de pensar que el virus venció a todo el pueblo y, o somos una bola de infectados, o todos estamos muertos.

Dominic era experto manejando las computadoras. Todo un mes intentó localizar a Alaska a través de posibles rutas que pudo tomar, pero tras adentrarse en el bosque, no logró conseguir rastro de ella. Era como si hubiera conseguido su collar de hierbas de nuevo, pero eso era imposible, ya que ese collar junto con esas hierbas estaba en el laboratorio, tuvo que pasar otra cosa para no tener ni el mínimo rastro de ella, y ya me hacía una idea de quiénes estaban involucradas en la desaparición completa de Alaska.

Yo prefería buscarla hasta que estuviera seguro de que todo aquí estaba bien, primero tengo que asegurarme de que la manada se puede enfrentar a cualquier cosa antes de partir, incluso las nuevas experimentaciones que teníamos, estaban dando muy buenos resultados.

— ¿No crees que ya va siendo tiempo de salir de nuevo a tierra a buscarla en serio? —me pregunta Dominic con una clara mirada de desesperación y dolor en su rostro. Era su hija, y mi luna.

— No aún, casi hemos terminado las experimentaciones, no saldremos hasta estar seguros de que nada podrá movernos siquiera desde donde estemos parados. Te recuerdo que Selene es humana y para ella hay riesgos peores que para nosotros.

— ¡A ella ya le han inyectado esa clase de suplemento que la hace una súper humana o algo por el estilo! ¿A qué le temes, Adam? —me reta. Yo solo puedo negar con una cara de cansancio. Esta situación era desesperante, pero no daría mi brazo a torcer y dejar que ataquen a la manada de nuevo.