3. No soy una impostora.

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Alaska

— Dame una buena razón para no intentar arrancarte la cabeza justo ahora, impostora.

Y eso claramente no era más que un simple espejismo, yo solo era una simple humana que de la nada parecía tener poderes raros y sin sentido, me hacía una idea de todas las cosas que son capaces de hacer, mis extraños poderes no podían significar un peligro en absoluto para ellas.

Pero aún así no tenía miedo si eso significaba pelar a morir, pero siendo honestos aquella pelea duraría como máximo 5 segundos.

La impostora de Úrsula, lanza una risa amarga y aburrida, dando un paso adelante.

— La única razón válida es que no soy una impostora.

Fruncí mi ceño mientras la mira más detalladamente, tenía que ser una impostora, lo dijo Emily, y ella la conocía mil veces mejor que yo.

— Emily te descubrió, y por eso la mataron. ¿Crees que me vas a volver a engañar tan fácilmente?—niega ligeramente su cabeza y da un paso hacia atrás.

— Emily no está muerta.

La segunda Forjadora levanta su mano y hace aparecer un cuerpo... mi cuerpo. Soy yo.

Es como si estuviera flotando y pareciera también estar muerta, literalmente veía a una copia exacta de mí.

— No lo creo, ya lo hice de nuevo, Alaska—habla Úrsula, la real Úrsula al parecer.

— Es cuestión de una práctica muy difícil y constante, pero también aprenderás a hacerlo—menciona la segunda Forjadora, desvaneciendo la ilusión de mi cuerpo.

— ¿Perdón?—parecen quitar sus posturas rígidas y se relajan más. Se veían preparadas para desaparecer en cualquier momento.

— Estás en el campamento de las Forjadoras, ¿crees que viniste a aprender cómo ser un lobo pulgoso? Ni de cerca. Aquí no hacemos esas barbaridades, sino algo más sofisticado.

— Yo no vine para convertirme en algo tan horrible, ni siquiera las estoy buscando. No me voy a quedar si es que eso estaban esperando—me maldigo por no traer nada que sea ocupado como arma contra ellas, mi mejor arma era yo misma, que en pocas palabras es estar desarmada.

— Sabemos que estás huyendo de Whittier por la devastación de todo lo que sucedió, y que Adam te vio irte, probablemente está queriendo buscarte... pero no aún, así como creíste estar alucinando por la falta de agua y comida, es impresionante cómo puedes interaccionar con Kratos—mi estómago da un vuelco cuando dicen ese nombre pero sigo intentando calmarme. ¿Ellas también pueden ver a Kratos? No es posible.

— ¿Qué quieren?—escupo directamente, ellas lanzan un suspiro al mismo tiempo.

— Que te quedes, tenemos muchas cosas de las que hablar. Y tu amenaza no somos nosotras—Úrsula se quita su capucha y puedo ver con mayor claridad su rostro, sin ningún titubeo o sonrisa malvada. Estaba en completa calma.

— Entonces, ¿quién es la verdadera amenaza?—pregunto algo retadora, esperando su engaño.

— Tú puedes ser tu propia destrucción, o Euphoria. Depende de qué te mate primero.

— ¿Quieres ayudar a tus amigos y familia? No lo harás muriendo en el bosque. Y esto no es más un juego. ¿No quieres estar más en un laboratorio y pasar por agujas todo el tiempo? Bien, eso se acabó, pero tendrás que demostrar de lo que eres capaz con lo que tienes ahora en tu cuerpo.

Y en un segundo, Úrsula estaba frente a mí, sin dudar. Ofreció su mano y la tomé. Creo que no me encontraba en todos mis sentidos pero ella estaba siendo muy racional, y siendo honestos es lo mejor que tengo ahora que precisamente no tengo nada.

Alaska: RegeneraciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora