Alaska
— No sé cómo es que desarrollaste todos esos poderes a partir de un virus que está matando a todo el mundo, pero eres importante—menciona Emily después de mi décima prueba del día.
Me sentía peor que rata de laboratorio, pero por lo menos ya no me mantenían cautiva en una sala y podía descansar mejor, dentro de lo que cabe. Emily era el mejor apoyo que tenía aquí para soportar todo esto.
— Créeme, yo tampoco tengo idea de todo lo que está pasando, me siento demasiado cansada con todo lo que me hacen, y ya llevo un mes así...
— Pero ya tienes un claro control de tus poderes—asiento al menos satisfecha con ello, tenía que servir de algo todo lo que hago, me negaba a seguir siendo una inútil como en Whittier.
Después de aquella prueba en el campo de fuerza, logré romper las barreras que tenían pensadas las Forjadoras, me gustaba, pero también me asustaba un poco. Tenía un claro control del poder, pero realmente, ¿cuánto poder es el que llevo yo?
Me había vuelto una aprendiz de las Forjadoras, de gama alta por lo que me llegó a explicar Emily. De alguna forma intentaba verle el lado bueno a todo esto, parecía estar en Hogwarts, lo cual era en parte cierto, mis entrenamientos incluían muchas cosas que parecían ser mágicas y otras definitivamente que ni siquiera eran de este mundo, sin contar que los humanos no podían encontrarnos hasta donde yo sabía. El lugar era enorme, a veces cálido y otras muy frío, pero se sentía la fuerza de toda la hermandad de las mujeres de aquí, no estabas del todo sola mientras estas paredes siguieran en pie.
Hace unos días había escuchado los rumores de las brujas en el Campamento, pero no entendía a qué se referían con eso, solo lo mencionaron como una clasificación, como si nos dividiéramos por clasificaciones aquí, pero no sabía si Emily tenía información de ello, porque nadie sabe con certeza todas las clasificaciones ni quiénes pertenecen a ellas.
— Emily...
— ¿Sí? —responde distraída mientras abrocha su saco.
— ¿Cuál es la clasificación de las brujas aquí?
Ella deja su ropa un segundo y me mira extrañada.
— ¿Por qué quieres saber eso?
— Se lo escuché decir a unas chicas hace unos días y me dio curiosidad. Yo no sabía que nos dividen en clasificaciones, entonces, ¿cuál es esa clasificación?
— La nuestra—responde Emily mirando hacia otro lado que no sean mis ojos.
— ¿Y eso qué demonios significa?
— Eso mismo—la miro confundida y asiente tranquila como si pudiera leer su mente y entenderla a la perfección—, demonios.
— Somos... ¿demonios? —esto estaba empeorando con el paso de los días.
— Por supuesto que no—responde a carcajadas, divertida de la situación—, somos cazadoras de demonios dentro de su clasificación, aunque tal vez tú tengas una más especial—agrega con un suspiro.
— ¿Solo demonios?
— Y muchos otros seres sobrenaturales que amenacen con la vida de los demás. De hecho, hoy es miércoles de caza.
— ¿Saldremos del campamento? —pregunto emocionada, eso era algo que realmente llamaba mi atención, tenía días sin ver la luz del sol, sin sentirla sobre mi piel.
— A media noche, es una clase de expedición—menciona dando pequeños brincos de felicidad. Me desanimaba muchísimo que fuera a media noche, pero el sentir la brisa también me animaba un poco.
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Alaska: Regeneración
WerewolfYa no existe un chico con un corazón roto en busca de su mate, ahora solo hay un Alfa que pareciese querer matar a todo el mundo, ya no hay rastro de dulzura en su interior. Ya no existe aquella humana que aceptaba todo y se dejaba llevar por el amo...