You are my destiny

Shiver

El amor debería ser más fuerte.

La verdad es que, si estaban un poco asustados de que ese anudamiento durase más de lo normal, pero ambos, tanto Akashi como Furihata se sentían tan alegres y felices de sentirse parte del otro en un momento. Es como si hubieran nacido para tener esa conexión que los unía, sintiéndose raros una vez la anudación concluyo y el miembro del hibrido león salía del cálido agujero que pertenecía a Kōki

Desde ese día se sintieron más unidos que nunca. Nunca más quisieron estar lejos del otro.

Los meses pasaban en el imperio de los leones y la idea del nuevo descendiente, llenaba de alegría aquel palacio. Masaomi parecía feliz con la idea de su nieto y sobre todo de ver a su hijo y a Kōki de una manera tan dulce, les enternecía demasiado.

Simplemente desearía que esa felicidad durara siempre, pero era seguro que no podría ser de aquella manera.

―Lo siento, perdónenme. Realmente no quiero que sufran. Sinceramente esto también me duele.

Hablo mientras veía de lejos a Seijūrō acariciando a Kōki con muchísimo amor, le rompía el corazón al mayor verlos así. Porque al momento de separarlos seria sumamente doloroso.

Seijūrō era un emperador que incluso decían que podía ser mucho más duro que el mismo Masaomi, la gente le temía por ello y aunque podía ser alguien sumamente benevolente, también era alguien con quien no debían meterse.

Sin embargo, toda esa dureza cuando estaba con su marido a solas se iba completamente. No había cosa más que amase el león que ver a su chihuahua que parecía próximo a tener a su primer hijo.

―Será un niño tan hermoso, estoy seguro que será perfecto como tú mi Kōki. ―Beso su vientre y a su pareja con mucho cariño. Kōki estaba muy feliz dejándose querer y correspondiendo mientras movía su colita de perro sin poder evitarlo. ―Un emperador digno de sus padres.

Una duda asaltaba al chihuahua al escucharlo.

―Sei ¿Y si es una niña?

―Mejor. Dominara con puño de hierro mi pequeña emperatriz. ―Su voz no perdió para nada de entusiasmo.

―Nuestra―Corrigió el hibrido chihuahua.

Seijūrō asintió con las mejillas coloradas. ―Nuestra―Repitió. Se notaba sumamente orgulloso de lo que tenia en ese instante: Una familia. ― Y luego tendremos muchos hijos más.

― ¿Cuántos hijos quieres? Ni siquiera sabes si podremos con el primero. ―Bromeo un poco Kōki del entusiasmo de su esposo.

―Nueve o los que Kōki este dispuesto a darme. ―Sonrió un poco malicioso, sabiendo que su esposo se negaría.

―Eso es mucho. No, no quiero.

―Vamos Kōki, no seas egoísta...

―Apenas si puedo andar ahora, tu solo los pones adentro y ...Argh...―Pensó Kōki en un momento que las contracciones de ese día eran un poco fuertes, pero ahora sí que le dolían demasiado, entonces lo supo. ―Sei, creo que ya...estoy listo.

― ¡REO! ―El emperador buscó al panda para que llamara al médico especializado en Omegas.


Unas horas después de bastante sufrimiento para Kōki y angustia para Seijūrō esperando que todo saliera bien; Un bebé de hebras castaño pelirrojas y orejitas de león era entregado a ambos. Aunque su colita parecía más de un chihuahua.

―Es precioso. Gracias Kōki por estar a mi lado y darme esta alegría de darme una familia tan hermosa. Los amo como no tienen idea. ―Beso la frente de su chihuahua que estaba tan cansado que sentía que solo quería dormir, pero que también pensaba lo mismo.

― ¿Qué nombre le pondrán al bebé Sei-chan? ―Reo Mibuchi los miro con ternura, incluso este que era un poco estricto con Furihata en un principio no podía dejar de pensar que eran una pareja sumamente adorable.

―Masaki―Hablo Kōki pues él ya tenía un nombre planeado si era niño― ¿Podemos ponerle así Sei?

―Así será mi amor. ―Este estaba completamente de acuerdo con la decisión de su marido.

Todo en esos días fue hermoso, después de todo el primogénito y futuro emperador de los híbridos había nacido en el imperio. Así que incluso se habían organizado fiestas al respecto para celebrar aquel acontecimiento.

Masaomi al conocer al pequeño bebé hibrido se emocionó muchísimo. Se encariño con este en cuanto lo vio, encargando desde ya, muchos peluches, juguetes y lo que necesitara su nieto.

Sei y Kōki se miraban y sonreían tomados de la mano mirando aquello. Definitivamente Masaki sería un niño con una buena infancia. Un niño amado por la mayoría.

Si, todo parecía ir bien o eso pensaban.

Esa noche dormían plácidamente en la cama, cuando Kōki fue prácticamente raptado de manera silenciosa y Seijūrō fue puesto en un estado de inconsciencia por horas, como si hubiese sido hipnotizado y cuando por fin salió de ese estado y se dio cuenta en donde estaba, miro todo horrorizado.

Estaba en aquel lugar que siempre le horrorizó, esa plataforma publica donde los híbridos leones habían devorado años atrás a sus parejas de turno incluyendo a su propio padre.

Ahora le tocaba a él devorar a su pareja, que estaba puesta con una especie de Kimono comestible y muchas especias a su lado, incluyendo una salsa con la que había sido bañado para que tuviese mejor olor para ser devorado.

La mirada de Furihata era de un miedo total, siempre espero aquello, pero al mismo tiempo siempre tenía la esperanza de no acabar de aquella manera, sus lágrimas no paraban de correr por sus mejillas. Realmente le hubiese gustado vivir con Akashi su esposo para siempre.

Seijūrō estaba sin palabras en ese momento, pero ver a su pareja simplemente le hacía hervir de rabia contra el mundo. Tenía que hacer que esto parara de una maldita vez.

―Hoy el emperador Seijūrō devorará a su pareja, como es costumbre de los emperadores una vez que su pareja da a luz al primer hijo que será en unos años el próximo emperador, se les devora en sacrificio. por el bien de nuestro imperio.

Masaomi hablo a la multitud que miraba con morbosidad y miedo lo que pasaría a continuación. El león viejo estaba sumamente apenado por sus propias palabras. Realmente no quería hacer esto, pero ya no había manera de seguir retrasando lo inevitable. Se tenía que cumplir la tradición como sea.

¿Ya no habría esperanza?