Advertencia: Lemon
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¿El deseo podía ser amor?
Furihata aún respiraba agitado escuchando lo que decía el futuro emperador con algo de miedo de no saber cómo reaccionar a lo que escuchaba en ese momento por parte del Alfa. Su cuerpo estaba sobreexcitado y aun sus instintos pedían ser profanado y eso se notaba en la erección que tenía en ese instante.
—Entonces deberías saber controlarte Sei. Yo no quiero que les hagas daño. —Suspiró—Yo soy tuyo, tú mismo me escogiste.
El león se acercó a él y lo subió encima de sus piernas de modo en que su entrepierna quedara entre las nalgas de Furi quien se sobresaltó. El pene de Akashi estaba grande, caliente, húmedo y latía queriendo sentir al Omega de una buena vez.
—Me parece difícil en estos instantes tratándose de mi Omega...—Froto su virilidad caliente entre aquellas nalgas redondas del chihuahua que instintivamente movía la cola— Quiero hacértelo ahora al menos para que nadie piense siquiera que puedes ser de otro
—De acuerdo, pero... ¿No vendrá tu padre?—La otra vez habían sido interrumpidos por el león mayor separándolos, aún temía que llegara para interrumpirlos. Y a pesar de eso movía sus nalgas contra la erección ajena instintivamente, caliente y desesperado por querer tenerlo.
Ambos jadearon casi al mismo tiempo al sentirse, sus pieles se necesitaban. Sabían que sus cuerpos iban tarde o temprano culminar en el acto sexual y dependía de toda la fuerza de voluntad de ambos detenerse antes de que dieran el otro paso que los llevaría a unirse completamente.
—Puede que venga si siente nuestro olor a celo. Pero fue de cacería y tardará—Busco los labios de Furihata casi de manera desesperada, tomándolo de la cintura y poniéndose encima de él. De esa manera Kōki no se notaría a simple vista que está desnudo debido al traje enorme del próximo emperador si es que alguien osaba entrar. El chihuahua correspondió torpemente, aún le costaba confiar por completo en el león, pero iba a dejarse llevar por el calor de su cuerpo esta vez.
—Seijūrō...¿Estás seguro que no vas a comerme?—Aunque parecía que la única forma en que sería comido era sexualmente, seguía teniendo un poco de dudas al respecto con ello.
El león pasó sus manos por el rostro de Furihata tocando sus labios inferiores con uno de sus pulgares sonriéndole amplio.—Estoy seguro Kōki Furihata—Su ojo dorado pareció resaltar un poco en su brillo, observando con detenimientos los rasgos de aquel cuerpo que tanto lo provocaba.
Beso el cuello dejando algunas marcas de besos y chupetones. Bajó y se detuvo en los pezones lamiéndolos y acariciándolos hasta que estuvieron bien estimulados. El cuerpo del chihuahua temblaba de lo bien que se sentía, pero la respiración se le estaba haciendo más agitada mirando de reojo lo que el emperador hacía con su cuerpo.
Akashi bajo y se topó con la erección ajena que empezó a chupar y lamer con gula. El pene de Furi reaccionaba muy bien a los estímulos que le daba el joven, a las caricias con las manos mientras lamia la punta. Las caricias en los testículos que parecía también una buena estimulación. Cuando Kōki sintió la boca cálida y húmeda de Seijūrō contuvo un fuerte sonido, era delicioso, demasiado bueno. No pudo contenerse muchos minutos cuando su cuerpo se tensó de pronto y acabó en la boca ajena sin avisar.
El Alfa trago y se separó con una sonrisa amplia y pervertida al lograr un orgasmo en el Omega. Kōki respiraba muy agitado. Habían sido fuerte las sensaciones, increíbles y su cuerpo aún deseaba culminar con Akashi marcándolo. Jadeo y aunque asustado se puso dispuesto para que su pareja entrase en su cuerpo. Separó las piernas y mostró su pequeño agujero de Omega que ya estaba más que listo.
—Por favor vaya con cuidado...
—Lo haré, cuidaré de ti. —Busco de nuevo los labios ajenos, quienes corresponden al beso. Ese Akashi de ojos diferentes era algo más intenso que el verdadero, pero a Kōki no le importaba, ambos eran el emperador y le pertenecía.
De a poco y con cuidado el chihuahua pudo sentir de nuevo que era llenado por algo enorme. Tal vez no era tan enorme, pero así lo sentía en su agujero pequeño que se expandía al máximo por aquella pieza húmeda y caliente. Esta vez soltó un jadeo, extrañamente se sentía mejor que la primera vez. Era extraña la sensación, no sabía cómo reaccionar exactamente, solo su cuerpo quería que siguiera entrando hasta que le llenase por completo.
Con un sonido ahogado el futuro emperador sintió el tope chocando contra el trasero de su Omega, con los testículos pegados a este y con la mirada de este sorprendida por las extrañas sensaciones que estaba recibiendo. Él también estaba sorprendido como aquel cuerpo caliente le acogía como si fuese un guante y lo increíblemente placentero que era, de a poco empezó a moverse contra el cuerpo ajeno, tratando de no dañar a Kōki y tampoco acabar de improviso pues era un golpe de placer demasiado fuerte, pero no acabaría hasta que el joven lo hiciera.
Furihata por su parte empezó a recibir suaves movimientos en su interior por los cuales empezó a jadear, le gustaba el roce en su cuerpo, era extraño pero cada vez le gustaba más. Su cuerpo de Omega se estaba adaptando muy rápido a la entrada del Alfa y sin pensarlo siquiera se descubrió moviendo las caderas para sentir más.
—Veo que estás disfrutando tanto como yo...—Sonrió de nuevo jadeante y satisfecho de ver que aquel joven gozaba de su pene dentro de él. Empezó a sentir luego que tenía que dejar su marca en la piel de Kōki, tenía que dejar la huella de que aquel joven era solo suyo.
Su compañero asintió y jadeo más ruidoso cuando Akashi empezó a moverse con más ganas en su cuerpo que empezó cada vez a disfrutar el movimiento en su cuerpo. Quería más, que lo mordiera, que se hundiera bien profundo y lo llenara de su semen. Por lo cual entregó su cuello cuando el león buscaba este oliéndolo y besándolo. Sabía que lo marcaria y eso es lo que sus instintos pedían desesperadamente.
Sin embargo la mordida no llegó.
—Mierda...—Akashi se separó salió del cuerpo caliente de Furihata dejándolo con una sensación de vacío y molestia. —Vístete, huelo a mi padre cerca.
El Omega se vistió pero tenía todo el cuerpo caliente e inquieto, solo quería más del otro.
—Demonios Kōki—Los ojos del emperador de nuevo eran rojos—No sueltes ese olor, no podemos seguir ahora.
—Pero yo quiero hacerlo. Quiero hacerlo con Seijūrō. —Estaba vestido ya, pero muy cerca del pelirrojo quien tenía que hacer sobreesfuerzos para no caer ante el delicioso y tentador olor de su Omega quien embotaba su raciocinio y lo invitaba a follar a Furihata como un animal salvaje.
No pudo resistir a besarlo cariñosamente y abrazarlo justo cuando su padre entraba de manera seria al sentir el olor de ambos. No solo el olor en celo de ambos sino el olor característico del sexo.
—¡¿QUÉ LE HAS HECHO A KŌKI, SEIJŪRŌ?!
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You are my destiny
FanfictionEl clan híbrido (mitad animal y humano) de los leones Akashi siempre a mantenido el control del imperio, ellos siempre a los 13 años escogen una pareja y se casan con ella cuando son emperadores a los 19 años. Luego de darles el primer heredero los...